Canibal
rizar de tal manera a un hombre habituado a servirse de viandas sabrosas! No,esto no lecabe anadie. Carne habían de darle,sin remedio,y cruda. ¿No ha comido usted alguna vez carne cruda? ¿Por qué no ensaya?Pero no,que pudiera habituarse,y esto no estaría bien. No estaría bien porque losperiódicos,cuando usted menos lo piense,le van a llamar fiera,y no teniendo nada defiera,molesta.No comprenderían los pobres que el suyo sería un placer como cualquier otro; comocomer la fruta en el mismoárbol,alargando los labios y mordiendo hasta que la miel co-rra por la barba.Pero ¡qué cosas! No creáis en la sinceridad de mis disquisiciones. No quiero que na-die se forme de mí un mal concepto; de mí,una persona tan inofensiva.Lo del antropófago sí es cierto,inevitablemente cierto.El lunes último estuvimos a verlo los estudiantes de Criminología.Lo tienen encerrado en una jaula como de guardarfieras.¡Y qué cara de tipo! Bien me lo he dicho siempre: no hay como los pícaros para dis-frazar lo que son.Los estudiantes reíamos de buena gana y nos acercamos mucho para mirarlo.Creo que ni yo ni ellos lo olvidaremos Estábamos admirados,y ¡cómo gozábamos almismo tiempo de su aspecto casi infantil y del fracaso completo de las doctrinas denuestro profesor!-Véanlo,véanlo como parece un niño -dijouno.-Sí,un niño visto con una lente.-Ha de tener las piernas llenas de roscas.-Y deberán ponerle talco en las axilas para evitar las escaldaduras.-Y lo bañarán con jabón de Reuter.-Ha de vomitar blanco.-Y ha de oler a senos.Así se burlaban los infames de aquel pobre hombre que miraba vagamente y cuya gran cabeza oscilaba como una aguja imantada.Yo le tenía compasión. A la verdad,la culpa no era de él.¡Qué culpa va a tener unantropófago! Menos si es hijo de un carnicero y una comadrona,como quien dice del es-cultor Sofronisco y de la partera Fenareta. Eso de ser antropófago es como ser fumador,o pederasta,o sabio.Pero los jueces le van a condenar irremediablemente,sin hacerse estas consideracio-nes. Van a castigar una inclinación naturalísima: esto me rebela. Yo no quiero que se pro-ceda de...
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