Cap 4 Caritas In Veritate

Capítulo 4 “DESARROLLO  DE  LOS  PUEBLOS, DERECHOS  Y DEBERES,  AMBIENTE”
Introducción
«La solidaridad universal, que es un hecho y un beneficio para todos, es también un deber»
 Los derechos individuales, desvinculados de un conjunto de deberes que les dé un sentido profundo, se desquician y dan lugar a una espiral de exigencias prácticamente ilimitada y carente de criterios.
La economía Responder a las exigencias morales más profundas de la persona tiene también importantes efectos beneficiosos en el plano económico.
La economía tiene necesidad de la ética para su correcto funcionamiento. Hoy se habla mucho de ética en el campo económico, bancario y empresarial. Surgen centros de estudio y programas formativos de “ética en los negocios”. Se difunde en el mundo desarrollado elsistema de certificaciones éticas, nacidas en torno a la responsabilidad social de la empresa.
El desarrollo de la micro-financiación merece un amplio apoyo, ya que sus efectos positivos llegan incluso a las áreas menos desarrolladas de la tierra.
La doctrina social de la Iglesia ofrece un aporte específico, que se funda en la creación del hombre «a imagen de Dios», algo que comporta lainviolable dignidad de la persona humana, así como el valor trascendente de las normas morales naturales. Una ética económica que prescinda de estos dos pilares correría el peligro de perder inevitablemente su propio significado y prestarse así a ser instrumentalizada; correría el riesgo de amoldarse a los sistemas económico-financieros existentes, en vez de corregir sus disfunciones. Además, podríaacabar incluso justificando la financiación de proyectos no éticos.
La empresa y la ética
En estos últimos decenios, ha ido surgiendo una amplia zona compuesta por empresas tradicionales que, suscriben pactos de ayuda a países atrasados; por fundaciones promovidas por empresas concretas; por grupos de empresas que tienen objetivos de utilidad social.
No se trata sólo de un «tercer sector», sino deuna nueva y amplia realidad compuesta, que implica al sector privado y público y que considera los beneficios como instrumento para objetivos humanos y sociales.
Tienen disponibilidad para concebir la ganancia como un instrumento para alcanzar objetivos de humanización del mercado y de la sociedad. Así, hacen evolucionar el sistema hacia una asunción más clara y plena de los deberes por partede los agentes económicos.
La potenciación de las empresas que son capaces de concebir el beneficio como un instrumento para conseguir objetivos de humanización del mercado y de la sociedad, hay que llevarla a cabo incluso en países excluidos o marginados de los circuitos de la economía global, donde es muy importante proceder con proyectos de subsidiaridad, diseñados y gestionados, quepromuevan los derechos, pero previendo siempre que se asuman también las correspondientes responsabilidades.
En las iniciativas para el desarrollo debe estar el principio de la centralidad de la persona humana, que es quien debe asumirse en primer lugar el deber del desarrollo. Lo que interesa principalmente es la mejora de las condiciones de vida de las personas de una cierta región, para que puedansatisfacer aquellos deberes que la indigencia no les permite observar actualmente.
Los programas de desarrollo, para poder adaptarse a las situaciones concretas, han de ser flexibles; y las personas que se beneficien deben implicarse directamente en su planificación y convertirse en protagonistas de su realización.
«Constructores de su propio desarrollo, los pueblos son los primerosresponsables de él. Pero no lo realizarán en el aislamiento». (PABLO VI)
Las soluciones se han de ajustar a la vida de los pueblos y de las personas concretas, basándose en una valoración de cada situación. Al lado de los macroproyectos son necesarios los microproyectos y, sobre todo, es necesaria la movilización de todos los sujetos de la sociedad.
La cooperación internacional necesita personas que...