CAP TULO III

CAPÍTULO III
No puedo dejarte
Adictos a las marcas a las compras, y por qué no podemos vivir sin nuestros teléfonos inteligentes
El autor empieza el capítulo con un caso ejemplificado de un hombreque no puede vivir sin un iPhone, cumple con todas sus actividades como padre y esposo, pero también no deja de lado el iPhone que le sirve como desde una linterna hasta para revisar los resultados labolsa de valores. La sensación de no saber dónde ha dejado el celular, dice el hombre, es similar a la de un fumador que sabe que tiene que haber otro cigarrillo por ahí. Pero, según el autor y losestudios realizados en la Universidad de Stanford, el hombre no es el único, ya que se comprobó con 200 estudiantes que el 34 por ciento de estos se calificaron como adictos; mientras que el 32 porciento, le preocupó que algún día fueran adictos.
El autor cita ejemplos de una pareja en un restaurante de Paris, charlando amenamente, pero sin desconectarse de sus celulares, excusándose y dirigiéndoseal baño solo para revisar sus correos electrónicos. Encuestas realizadas por el periódico USA Today reveló que el 47 por ciento de los participantes miraba la bandeja de entrada cada hora o menosantes de sentirse “ansiosos”.
Según un artículo del New York Times, después de 6 a 8 horas de no tener acceso a la red conocido como sueño, las personas cada vez se están levantando más y buscando susteléfonos celulares y computadoras portátiles a veces incluso de levantarse primero de la cama y atender otras actividades que son más importantes en términos biológicos. Algunos psicólogos han afirmadoque cuando recibimos un nuevo correo electrónico o mensaje de texto, nuestro cerebro libera una dosis de dopamina, por lo que aprendemos a asociar la sensación de placer con el acto de revisarnuestros teléfonos, así como un alcohólico anhela la sensación de euforia que experimenta al beber, nosotros anhelamos esa sensación de recibir un mensaje de texto y responderlo.
El autor y MindSIgn, una...