Capitulo Vii
LIBERTAD Y DEMOCRACIA
1. La ilusión de la individualidad
EN LOS capítulos anteriores he tratado de mostrar
cómo ciertos factores propios delsistema industrial
moderno en general y de su fase monopolista en
particular conducen al desarrollo de un tipo de personalidad que se siente impotente y sola,angustiada
e insegura. Me he referido a las condiciones especí-
ficas existentes en Alemania, que hicieron de un sector de su población un suelo fértil para el desarrollode aquella ideología y práctica política capaz de ejercer influencia sobre ese tipo de carácter que he descrito
como autoritario.
Pero, ¿qué podemos decir acerca denosotros mismos? ¿Se halla nuestra democracia amenazada tan
sólo por el fascismo de allende el Atlántico y por
la "quinta columna" existente en nuestras filas? Siéste fuera el caso, la situación podría llamarse seria,
mas no crítica. Pero aun cuando debemos tener muy
en cuenta las amenazas internas y externas del fascismo,hay que reconocer que no existe error mayor
ni más grave peligro que el de cegarnos ante el hecho de que en nuestra propia sociedad nos vemos
ante ese mismofenómeno que constituye un suelo
fértil para el surgimiento del facismo en todas partes:
la insignificancia e impotencia del individuo.
Esta afirmación refuta la creenciaconvencional de
que la democracia moderna ha alcanzado el verdadero individualismo al libertar al individuo de todos
los vínculos exteriores. Nos sentimosorgullosos de
no estar sujetos a ninguna autoridad externa, de ser
libres de expresar nuestros pensamientos y emociones,
y damos por supuesto que esta libertad garantiza
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