Carceles
Guardadas proporciones, el hacinamiento carcelario bien puede compararse con lo que es la administración de justicia. Las cárceles son precisamente laconsecuencia de los fallos condenatorios, que infinidad de veces se producen contrariando la normatividad jurídica. Son cientos los inocentes, especialmente gentes de escasos recursos y humildes campesinos,que se encuentran tras las rejas pagando una condena injusta, y lo más grave, con pleno conocimiento de causa del juez que la dictó.
Si se revisan todos estos casos y sumados a los que podríanrecibir el beneficio del Plan Padrino de Descongestión Carcelaria, expuesto varias veces por este columnista, considero que en más de un 50 % de los internos podrían quedar en libertad. Pero,lamentablemente, todo este tiempo de crisis se ha ido en investigaciones y evaluaciones inocuas que hasta la presente fecha no han arrojado los resultados requeridos. Razón por la cual el gobierno ante tantapresión de los internos, sus familiares, organizaciones nacionales e internacionales y los medios de comunicación, se está viendo en la necesidad de acudir al camino más fácil: aumentar los cupos,construyendo más cárceles.
Definitivamente Colombia es un Estado carcelero, qué mentalidad tan absurda. Se han propuesto varios proyectos con el fin de solucionar el hacinamiento carcelario. Sinembargo, después de más de dos años de estarse debatiendo, el problema continúa de mal en peor, sin que se vislumbre solución seria. Los días pasan y los noticieros de televisión muestran las dramáticas...
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