Carta a la vicepresidenta
Páginas: 2 (294 palabras)
Publicado: 10 de abril de 2010
Carta a la vicepresidenta De la Vega
(artículo publicado en “LA CRÓNICA DE NÁJERA” nº 75 –enero 2008)
No le ha librado ni el vestido rojo que lució en el Vaticano, a juegocon el fajín y el solideo de los cardenales anfitriones. Usted ha cultivado con esmero relaciones eclesiales, ha asistido con sonrisa forzada de agnóstica a canonizaciones demártires por Dios y por España. Todo para limar asperezas, para amansar a la fiera. Ha concedido a las insaciables mitras más privilegios que nunca. Ha mantenido intactos los convenioscon la Iglesia, ha puesto la otra mejilla, que es la de todos los españoles. Todo esto –y menos- hubiera bastado para tener la fiesta en paz con cualquier oponente normal. Pero no esel caso. Enfrente tenía a correosos célibes, a hienas sonrientes, a ladinos expertos en diplomacias vaticanas, con seculares y proverbiales conchas de cinismo, deslealtad eintolerancia, escondidas en los pliegues de la sotana.
Estos obispos han entrado en campaña electoral, porque barruntan que si vuelven a ganar ustedes, se les va a volatilizar el maná osopa boba del agravio comparativo, y van a acabar en su sitio. Han hablado de derechos humanos quienes los pisotearon durante el franquismo; de ataque a la familia, quienes nuncamovieron el báculo por los derechos de la mujer o de los hijos; de divorcio quienes tienen establecido un tribunal especial, el de la Santa Rota, para conceder canónicas y falsasanulaciones matrimoniales, previo pago; de final de la democracia, quienes desconocen su significado y manipulan para imponernos a todos “su” verdad, Dios mediante.
¿Se ha dadocuenta de que con esta gente no se pueden hacer alardes de caridad cristiana? ¿Ha aprendido la lección de catequesis, señora vicepresidenta?
Alberto Rueda Estrada. LOGROÑO.
(artículo publicado en “LA CRÓNICA DE NÁJERA” nº 75 –enero 2008)
No le ha librado ni el vestido rojo que lució en el Vaticano, a juegocon el fajín y el solideo de los cardenales anfitriones. Usted ha cultivado con esmero relaciones eclesiales, ha asistido con sonrisa forzada de agnóstica a canonizaciones demártires por Dios y por España. Todo para limar asperezas, para amansar a la fiera. Ha concedido a las insaciables mitras más privilegios que nunca. Ha mantenido intactos los convenioscon la Iglesia, ha puesto la otra mejilla, que es la de todos los españoles. Todo esto –y menos- hubiera bastado para tener la fiesta en paz con cualquier oponente normal. Pero no esel caso. Enfrente tenía a correosos célibes, a hienas sonrientes, a ladinos expertos en diplomacias vaticanas, con seculares y proverbiales conchas de cinismo, deslealtad eintolerancia, escondidas en los pliegues de la sotana.
Estos obispos han entrado en campaña electoral, porque barruntan que si vuelven a ganar ustedes, se les va a volatilizar el maná osopa boba del agravio comparativo, y van a acabar en su sitio. Han hablado de derechos humanos quienes los pisotearon durante el franquismo; de ataque a la familia, quienes nuncamovieron el báculo por los derechos de la mujer o de los hijos; de divorcio quienes tienen establecido un tribunal especial, el de la Santa Rota, para conceder canónicas y falsasanulaciones matrimoniales, previo pago; de final de la democracia, quienes desconocen su significado y manipulan para imponernos a todos “su” verdad, Dios mediante.
¿Se ha dadocuenta de que con esta gente no se pueden hacer alardes de caridad cristiana? ¿Ha aprendido la lección de catequesis, señora vicepresidenta?
Alberto Rueda Estrada. LOGROÑO.
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