carta a un amigo

20.2.14
Correspondencia atrasada con Marco Fonz.
Por: Rodrigo Solís


Recostado en la vía del tren contemplo la posibilidad
de entregarme cantando a las tinieblas y al misterio
de morir.Trato de imaginar mi funeral: el escándalo,
las tristezas, los amigos consternados.
Mi viuda, mi huérfana, sin dar crédito:
¿prefirió morir que volver a vernos?

Me doy hueva de inmediato. Odio alos suicidas, y ellos
también me odian porque saben lo mal que hablo
a sus espaldas, sobre sus tumbas.

Tú dime, cómo no encabronarse con el que anduvo gritando:
"denme una muerte fiera" y luegofue y se colgó,
en un cuarto de hotel, y dejó su nota de adiós
en su muro de feisbuc.

Algunos suicidas merecen todo mi respeto:
el hara-kiri del samurai.
Salvador Allende sitiado en la Casa deMoneda,
Hitler, lugger parabellum al paladar en un bunker de Berlín,
el señor Lee, en llamas ante el Foro Económico Mundial,
Sócrates, sólo sé que nada sé, y trago de veneno.

Chido su viaje.Allá ustedes y su cuento.
Para mí,
la inmolación,
nomás con mole.

Cuando murió, Alexis tenía 10 años.
Después de su funeral fui a ver a mi Awela,
le dije: tú sigues, eres la más vieja de todos,estás mero enfrente de la fila de salida d'este mundo.
Agárrate duro
y ya no dejes pasar a nadie.

Mucho caso me hizo la chula de mi Awe
años pasaron en que la gente no se moría.
Nomás semurió
se destrabó la fila,
y salieron huyendo de acá Pacheco,
Gelman, el pequeño Dylan, Dieguito,
Zaratustra, Sergio Loo,

Y tú, pinche Fonz, que de todos modos
te ibas a morir después,
no mames,los padres de familia
no tenemos derecho
ni siquiera a la muerte,
mucho menos al suicidio.

Tanta gente aferrada a la vida resiste dolores,
tragedias colosales, víctimas de curas pederastas
sereponen.
Torturados, mujeres violadas por soldados,
viudos, huérfanos, ciegos, niños sin pies o manos,
madres y padres sin hijos...
se reponen

Cómo vienes a decirme
que todo es vida en el...