casa de muñecas

“ACTO TERCERO”
ESCENA PRIMERA
CRISTINA. (Mirando su reloj). No viene, y, sin embargo. Ha pasado una hora. (Tocan) ¡Ah, es él! (Va y abre suavemente la puerta).
KROGSTAD. (En la puerta). He recibido una carta de usted. ¿Qué desea?
CRISTINA. Tengo necesidad de hablarle.
KROGSTAD. Y la entrevista ¿ha de ser aquí precisamente?
CRISTINA. Venga usted; estaremos solos. Los Helmer están de baile.KROGSTAD. ¿Los Helmer están de baile esta noche?
CRISTINA. ¿Qué tiene eso de particular?
KROGSTAD. Nada
CRISTINA. Krogstad tenemos que hablar.
KROGSTAD. ¿Qué podremos decirnos todavía?
CRISTINA. Muchas cosas.
KROGSTAD. No lo hubiera creído jamás…La mujer sin corazón despide al hombre con quien esta en relaciones cuando encuentra a otro partido mas ventajoso.
CRISTINA. ¿Supone que no mecosto nada la ruptura?
KROGSTAD. Ni un poco; si no era así, ¿Por qué me escribió usted como lo hizo?
CRISTINA. Decidida a romper, debía arrancar de su corazón todo lo que sintiera por mí.
KROGSTAD. Aun, usted no tenía derecho a rechazarme por otro. Míreme, soy como un naufrago asido a una tabla.
CRISTINA. Quizá este próxima la salvación.
KROGSTAD. La tenía ya, y usted ha venido a quitármela.CRISTINA. Hasta hoy no he sabido que la persona a quien iba a sustituir en el banco era usted.
KROGSTAD. Pero ahora que lo sabe, ¿no renunciara al cargo?
CRSITINA. No, a usted no le serviría de nada… He aprendido a obrar juiciosamente. Me lo han enseñado la vida y la dura necesidad.
KROGSTAD. Pues a mi la vida me ha enseñado a no dar crédito a las palabras.
CRISTINA. No tengo a nadie quenecesite de mi.
KROGSTAD. Usted lo ha querido.
CRISTINA. ¿Qué le parece a usted si esos dos náufragos se tendieran de la mano?
KROGSTAD. ¡Cristina! ¿Habría usted acaso pensado en mí?
CRISTINA. Yo necesito a alguien a quien servir de madre, y los hijos de usted necesitan madre. Nosotros también nos sentimos inclinados uno hacia otro. Tengo fe en lo que hay en el fondo de usted, Krogstad…con usted nadame asustara.
KROGSTAD. ¡Gracias, Cristina, gracias!... Ahora es preciso que me levante a los ojos del mundo. (Se escucha como disminuye la música y la pieza parece terminar).
CRISTINA. ¡Silencio! ¡Váyase usted, váyase enseguida!
KROGSTAD. ¿Por qué?
CRISTINA. ¿Oye usted esa música? Es que concluye el baile, y van a volver.
KROGSTAD. Bien, me marcho.
ESCENA SEGUNDA
HELMER. ¡Que bueno esvolverse a encontrar uno en su casa, estar solo contigo…! ¡Oh! ¡Que hermosa, que embriagadora mujercita!
NORA. No me mires de ese modo, Torvaldo.
HELMER. ¡No he de mirar mi más caro tesoro! ¡Este esplendor que es mío, nada mas que mío, completamente mío!
NORA. No me hables así esta noche.
HELMER. ¡Oye! Se van los invitados (Baja la voz) Nora, pronto quedara la casa en silencio.
NORA. Si, así loespero.
HELMER. ¿Sabes? Me gusta imaginar que eres mi amor secreto, mi joven, mi misteriosa prometida, y que todos lo ignoran.
NORA. Si, si, si ya se que todos tus pensamientos son para mi.
HELMER. Y luego me figuro que eres mi joven desposada, que volvemos de la boda, que te traigo por primera vez a mi casa, y que, al fin, vamos a estar solos…
¡Voy a estar solo contigo! Toda esta velada no hehecho otra cosa que suspirar por ti. Cuanto vi tus movimientos provocativos bailando…empezó a hervirme la sangre, no pude resistir y te saque precipitadamente.
NORA. Vete, déjame. No me gusta eso.
HELMER. Tú te burlas de mí, Norita ¿No soy tu marido? ¿No eres mi encantadora mujercita?
ESCENA FINAL
NORA. Lee las cartas Torvaldo.
HELMER. No esta noche no…Deseo quedarme contigo con mi idolatradamujercita.
NORA. Estoy muy cansada, preferiría ir a dormir
HELMER. Tienes razón, nos retiraremos cada uno a nuestro aposento.
NORA. (Arrojándose a su cuello) Buenas noches.
HELMER. Buenas noches, duerme en paz. Voy a leer las cartas (pasan cada uno a sus respectivas habitaciones)
NORA. (En su habitación y para si misma) ¡No volver a verlo jamás! ¡Jamás, jamás, jamás! ¡Y los niños…no volver...