Caso Importaciones Exclusivas, SL Con ocasión de un viaje a Alemania en 2006, Victoria Gates conoció un tipo de mezclador de hormigón que se había presentado recientemente en el mercado alemán. Pensó que la maquina podría tener una excelente acogida en el mercado español, por lo que se puso en contacto con la firma fabricante. En el curso de las conversaciones mantenidas al efecto se decidió, como procedimiento más conveniente para introducirse en España, trabajar durante el año 2003 mediante la importación de las máquinas, y comenzar su fabricación en Medina del Campo en 2008. Más adelante se emprendería la fabricación de otros tipos de maquinaria para la construcción que producía también la firma alemana. Victoria Gates carecía de los medios financieros necesarios para poner en marcha el negocio. Por ello, en septiembre de 2006, planteó el asunto a su tío Guillermo, que contaba con amplias posibilidades financieras. Guillermo aceptó participar en la empresa, constituyéndose el 1 de octubre de 2006 una sociedad anónima de 320.000 euros de capital, desembolsado a partes iguales por cada uno de los dos socios, Victoria y Guillermo. Para hacer frente a eventuales dificultades de tesorería en la etapa inicial, solicitaron un préstamo bancario de 40.000 euros, que firmaron a finales de 2006. Por una serie de coincidencias, en el mismo año 2006 Victoria tuvo conocimiento de una nave industrial cuyo propietario, Emilio Pérez, había puesto en venta. Esta nave reunía las condiciones adecuadas para sus planes. Así pues, Victoria decidió aprovechar la ocasión y la compró por 250.000 euros el 30 de diciembre de 2007. De los 250.000 euros, estimaba que 150.000 euros representaban el coste del terreno, y que los otros 100.000 correspondían al coste del edificio. Consideró que la nave estaría en condiciones satisfactorias de utilización durante veinte años. El 30 de diciembre de 2006, Victoria adquirió el mobiliario y equipo que juzgó indispensable para el trabajo. Pagó por él 10.000 euros al contado. El 31 de diciembre de 2006, Guillermo y Victoria tuvieron una reunión para discutir la situación de la sociedad. Victoria aportó como información financiera, aparte de todos los hechos mencionados anteriormente, el resultado del libro de caja correspondiente al último trimestre de 2006, que se incluye en el Anexo 1. También señaló que en aquel momento existían en almacén treinta mezcladores, cuyo precio de coste de importación (todo incluido) fue de 600 euros por unidad. De los 18.000 euros resultantes, se adeudaban 9.000 euros a la casa alemana. No se había vendido todavía ningún mezclador. Cuando Guillermo vio la información que Victoria le facilitaba, la juzgó totalmente insuficiente. Manifestó que necesitaba, como mínimo, el balance de la sociedad a 31 de diciembre de 2006, y dio a su sobrina dos días de plazo para entregarle esa información, indicándole que no reconociese ninguna pérdida ni ganancia hasta que se iniciasen operaciones en 20071.
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Durante el periodo de constitución de una empresa, es práctica habitual no reconocer pérdidas o ganancias. Victoria no tenía conocimiento alguno de contabilidad, materia que consideraba aburrida e inútil. Sin embargo, estimó más oportuno no manifestar esta opinión a su tío e ingeniárselas de alguna forma para suministrarle la información solicitada. El año 2007 pasó muy rápidamente. Victoria se entregó por completo a la tarea de poner en marcha la empresa, sin prestar atención a la contabilización de sus operaciones, labor a la que no tenía afición alguna. Se contentaba con seguir los movimientos de tesorería, es decir, los cobros y los pagos. Las transacciones realizadas durante 2007 fueron las siguientes: 1. 2. 3. 4. Importaron a crédito 310 mezcladores, cuyo importe total fue 186.000 euros. Vendieron 100 mezcladores al contado, a razón de 1.000 euros por unidad. ...
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