cazadores de microbios
En aquellos días una enfermedad extraña,conocidacomo la fiebre de Texas, traía seriamente alarmados a los ganaderos; los del sur compraban ganado del norte, que era soltado de los vagones a pastar en campos junto con las vacas delsurperfectamente sanas. En el primer mes se desencadenaba una epidemia entre las vacas del norte, ya que estas dejaban de comer, perdían peso, la orina tomaba un extraño color rojo y en pocotiempo yacíanmuertas. Lo mismo sucedía al enviar al norte los novillos y terneras del sur. Decían que la fiebre de Texas era producida por un insecto que vivía sobre las vacas, chupándoles lasangre, insecto quedenominaban garrapata, como material de investigacion Smith poseía los brazos e hígados de cuatro vacas muertas, al enfocar en el microscopio diversos trozos del primerejemplar de bazo descubrio muchosmicrobios pero al olfatear aquel bazo se dio cuenta de que estaba echado a perder, entonces, envió telegramas a los ganaderos pidiendoles que extrajeran lasentrañas a los animales inmediatamente despuésde morir y que fueran trasladadas al laboratorio acondicionadas con hielo; así lo hicieron, y en el primer bazo que examinó no encontróningún microbio pero, en cambio, los eritrocitos estabandesechos. Y fue así como Kilborne le habló acerca de la teoría de los ganaderos: “Donde no hay garrapatas no hay fiebre de Texas”.
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