Celia Sánchez Manduley

Celia Sánchez Manduley: heroína de la Sierra Maestra y del llano
Por: Nelsy Babiel Gutiérrez
Norma fue su nombre en la clandestinidad, aunque también Aly, Carmen, Liliana y Caridad, pero su pueblo la eternizó con el verdadero: CELIA.
Con su flor predilecta, la mariposa, entre los dedos o adornando su cabello, se nos revela como la mujer delicada y tierna que era.
Al ver a Celia, podíamossuponerla frágil, pero eso solo en apariencia, porque ¿acaso podemos olvidar la forma espectacular en que ella evitó ser capturada por los guardias de Batista atravesando un marabusal sin reparar en las heridas que las espinas le producían, o la manera en que resistió el enorme esfuerzo que le impuso la vida en la guerrilla?
Sus firmes ideales patrióticos y sus relaciones en la zona donde vivía,fueron avales suficientes para encargar a Celia la preparación de condiciones para recibir el desembarco que debía producirse en ese territorio. Eran los meses finales de 1956 y ya ella era miembro del Movimiento 26 de Julio (M-26-7) desde el año anterior y había colaborado en importantes tareas.
Todos iban descubriendo en Celia, además de sus sentimientos, a la organizadora eficaz que no descuidabadetalle alguno.
Su primer encuentro con Fidel, en febrero de 1957, conduce a la ejecución de nuevas y complejas tareas que serán vitales para el desarrollo del Ejército Rebelde: la preparación y envío de nuevas fuerzas, armas, alimentos y otros recursos, así como preparar la entrada a la Sierra Maestra de periodistas extranjeros y representantes del M-26-7 en la clandestinidad.
Luego Celiatendría que volver varias veces a las lomas del oriente del país, hasta su incorporación definitiva en octubre de 1957, asumiendo responsabilidades difíciles en la Comandancia General del Ejército Rebelde.
En esas condiciones siempre encuentra la ocasión para improvisar un florero donde colocar una flor, acción tan propia en ella como su irritación ante determinadas actitudes o la firmeza conque hacíaconocer sus criterios.

Sus tareas habituales, que no eran pocas, no le impiden tener su bautismo de fuego y participa en el combate de El Uvero en mayo de 1957. Después lo haría en Pino del Agua y también en Guisa durante la ofensiva final, donde organiza el Puesto de Mando junto a Fidel, y desde ese momento lo acompaña en cada acción, de lugar en lugar, hasta que se alcanza la victoria final.Tras el triunfo revolucionario el 1 de enero de 1959, Celia sigue en su puesto de combate junto a Fidel: primero como Secretaria de la Presidencia y del Consejo de Ministros; y del Consejo de Estado después. Integró el Comité Central del Partido Comunista de Cuba desde su fundación y fue Diputada al Parlamento cubano desde su creación, entre otras tareas que significan más desvelos, másresponsabilidades, más trabajo.
Todo ello hubiera bastado para forjar en mí la imagen de la heroína que siempre fue. Pero cuando la conocí, siendo casi una niña que vino a La Habana convocada por ella a estudiar en la escuela para campesinas ANA BETANCOURT, encontré en Celia un gran ejemplo, un paradigma, una madre que no se de donde sacaba tiempo para atendernos.
Con ella aprendí el valor de losdocumentos históricos, que buscaba con anhelo y protegía con esmero, y por ello creó la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado, donde tuve el privilegio de trabajar a su lado.
En esa cercanía, supe por qué Celia estaba en todo y no aparecía en nada; entendí su fobia a las entrevistas que, con tacto, le servía para evitar que se resaltara su obra, para que no se dijera que ella era el brazoderecho de Fidel.
Su maternal preocupación por cada compañero, por cada familia campesina, en los días de la lucha guerrillera, se extendió, tras la victoria, a su pueblo. Todos confiaban en ella y ninguno fue defraudado.
Aún no me explico esa capacidad suya para atender miles de cartas que llegaban de muchos rincones del país dirigidas a Fidel. Todas recibían respuesta, porque así reafirmaba...