Cenicienta

Hace mucho, mucho tiempo, en una mansión señorial, vivían un buen hombre, su esposa y su encantadora hijita llamada Cenicienta.

Un triste día, Cenicienta perdió a su mamá, y su padre, para mitigarsu pena, decidió volver a casarse. La mujer que escogió tenían dos hijas, Drizela y Anastasia… que eran unas verdades arpías.

Algún tiempo después, también el caballero falleció, dejando a laniñita sola con su nueva familia. Muy pronto, la madrasta demostró lo cruel que era. Desde que amanecía hasta que anochecía, abrumada a su hija adoptiva con muchos quehaceres, mientras que Drizela yAnastasia se divertían.

Pasaron los años y, a pesar del duro trabajo, Cenicienta siempre sonreía, convencida de que conocería la felicidad.

El Rey se lamentaba, se sentía envejecer y se quejaba de notener nietitos.
- ¡Duque! –gimió-. Ya es hora de que el Príncipe heredero piense en casarse. Te ordeno que invites a todas las doncellas del reino: ¡esta noche ofreceré un gran baile en el palacioen honor de mi hijo!

Los mensajeros del rey recorrieron inmediatamente toda la región, Cenicienta limpiaba las baldosas cuando uno de los enviados tocó a la puerta:
- ¡Abrid en nombre del Rey!- ¡Una misiva de Su Majestad!
-se asombró la jovencita-. ¡Qué podrá decir?

Cenicienta interrumpió la lección de sus hermanas:
-¡Un correo del Rey!
-anunció.
- ¡Es para mí! –exclamóAnastasia.
- ¡No, para mí! –protestó Drizela arrancándole la carta de las manos.
- ¡Dénmela a mí! –cortó su madre-. Escuchen: esta noche hay baile en el palacio. ¡Todas las doncellas casaderasestán invitadas!

En el desván, Cenicienta registró un viejo baúl y terminó por encontrar un vestido de su madre, pero lo tenía que arreglar.

Pero ya sus hermanas reclamaban:
- ¡Cenicienta!¡Baja, apúrate! Limpia mis zapatos, plancha mi vestido…

Durante ese tiempo, los pajarillos y los ratones arreglaron el vestido de Cenicienta para que pudiera ir al baile.
Al llegar Cenicienta a...