Chet
Debe señalarse que la expansión de esta especialidad en nuestro país, en lo complejo del campo clínico en que se inscribe -psicosis, adicciones, neurosis graves, depresiones,infancia y adolescencia con padecimientos psíquicos severos, cuidados paliativos, tercera edad, etc.-, tuvo paulatinamente en estas décadas una mayor producción teórico-clínica para dar cuenta de laexperiencia, y para la conformación de su cuerpo conceptual. Sin embargo, ha existido durante años lo que podría llamarse un «crecimiento salvaje» de esta practica. Su inclusión en dispositivos detratamiento que respondían a concepciones clínicas distintas, sin articulación y a veces sin un seguimiento de su indicación ni una supervisión de su espacio de trabajo, tuvo en un principio comoconsecuencia la ambigüedad y la dificultad en la definición de la función especifica del acompañante terapéutico. Dando lugar incluso a que sea confundida su labor con actividades con las cuales seinterrelaciona -como el psicólogo, el maestro especial, el enfermero psiquiátrico y el trabajador social, entre otros-.
El acompañamiento terapéutico surge, entonces, como uno de los recursos de mayorimportancia que se ha desarrollado en las ultimas décadas, frente a la creciente necesidad de instrumentar respuestas clínicas y comunitarias alternativas, que permitan sostener el tratamiento de una grancantidad de personas con padecimientos mentales severos, cuyo abordaje ha resultado muy dificultoso desde los dispositivos tradicionales. Y ha podido plantearse, en muchos casos, como una alternativa a lamarginación social en que puede derivar un tratamiento sostenido en una internación psiquiátrica cronificada, constituyéndose en un recurso específico a partir de cuya plasticidad se pueden logrardistintas modalidades de intervención tendientes a favorecer la integración social de un sujeto, posibilitando además la reducción de los periodos de internación. Asimismo, su inclusión hace posible...
Regístrate para leer el documento completo.