Ciencia Tecnolog A Y Tica En Mi Comunidad
varios años se multiplican los discursos acerca de la responsabilidad social del científico y también sobre cuestiones
éticas y bioéticas –tanto en espacios académicos como de divulgación científica–, está claro que esto no implica
necesariamente una expansión de la reflexión en torno al desarrollo de la práctica tecnocientífica y su orientación
éticopolítica.
Considero que para que tal reflexión se torne efectiva es necesario, en un primer momento, analizar los conceptos
en juego. Porque no siempre está claro qué entendemos por “ciencia”, por “tecnología” y tampoco por “ética”, a
pesar de la familiaridad que inviste a tales conceptos. Aún más, es frecuente que la sobreabundancia en el uso de
las palabras provoque una suerte de banalización que desgasta su sentido, al punto de convertirlas en cáscaras
vacías de contenido aun cuando mantengan intacta su contundencia retórica.
Entre los términos de moda, el de “bioética” y también el de “tecnociencia” –en especial a partir de la publicación en
el año 2003 del libro de Javier Echeverría titulado
La revolución tecnocientífica
– han ganado un espacio interesante
en cursos, publicaciones y notas en medios masivos. Ambos pueden resultar útiles a la hora de avanzar en el
análisis, pero a condición de que logren escapar de la banalización señalada.
La bioética, por ejemplo, se manifiesta como recurso eficaz para enfrentar los conflictos que la tecnociencia detona,
en especial en el campo de las ciencias biomédicas. Sin embargo, con frecuencia este recurso sólo alcanza para
realizar un operación cosmética, en la que se regulan o “maquillan” ciertas consecuencias no deseables del
desarrollo tecnocientífico. ...
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