Civilizaciones chinas y sus legados
Había una vez una hormiguita muy linda y trabajadora, que
Todos los días salía a barrer las hojas de su vereda.
Undía encontró una moneda grande de color dorada y la recogió. Termino de barrer y entro muy contenta a su casa, pensando que podía hacer con esa nuevecita.Se sentó en la cilla mecedora y entre balanceo y balanceo y se puso a pensar.
De tanto pensar se quedó dormida y soñó que iba a la farmacia.
La señoraMaría estaba abriendo unas cajas de color plateado, llenas de unas hermosas cajitas con pintura para los labios y pintura para los ojos. La hormiguita sedespertó y dijo con voz alta:
-¡Ya sé que voy a comprar con esta moneda ¡
Se lavó la cara y se peinó y salió muy apurada. Cuando llego a la farmacia, la señoraMaría estaba ordenando muchas cajitas de muchos colores
-¡Hola hormiguita! ¿Estas enferma? Aquí tenemos remedios para todo.
-Buenas tardes, señoraMaría. No, no estoy enferma. Lo que pasa es que me encontré una moneda frente mi casa y quiero comprar un brillo para los labios y lápices verdes para mis ojos-Aquí tienes, Hormiguita. Te vas a ver muy bonita.
-Adiós y muchas gracias –dijo la Hormiguita. Me voy volando, porque voy a pasar por la libreríatambién.
La librería estaba abierta y después de mucho mirar y preguntar, compro un lápiz con tinta dorada y con muchas hojas de papel adornadas con flores.Llego a su casa y puso el espejo en el patio para tener mucha luz. Se pintó y después se puso un vestido de color verde con una cinta roja.
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