Clase de lectura

Al comenzar la hora de clase propongo a los alumnos de 7º la lectura de un cuento. Ellos se muestran entusiasmados y alguien, entre el murmullo del grado, pregunta “de qué es el cuento”. Trato deindividualizar a quien había hecho la pregunta y respondo que primero leamos y después veamos “de qué era el cuento”.
Uno de mis mayores temores a la hora de pensar el trabajo de lectura era laposibilidad de que los chicos no participasen de la lectura, sino que se limiten a escuchar el cuento en silencio hasta que acabe de leerlo y esperen la actividad típica de las preguntas mías sobre loque entendieron o alguna actividad en la carpeta de clase. Ante esto les comento a los chicos que en séptimo grado cada vez que leemos algo, ellos pueden interrumpir la lectura si les dan ganas dedecir algo o preguntar, o tal vez hacer algún comentario respecto a lo que estemos leyendo sin necesidad de esperar al final o a que yo pregunte algo. Los chicos me miran serios, me da la sensación de quedesconfían de lo que digo, como que para ellos esa propuesta esconde algo. De ser así, es lógico, pues de acuerdo a la forma clásica en que suelen desarrollarse las lecturas en el aula, la propuestaparece distinta.
Matías:- ¿cómo se llama el cuento?
Yo:- La casa encantada
Sergio:- es mágico, es de una casa encantada.
La inferencia que Sergio realiza es lógica, si elcuento se llama “La casa encantada”, la relación que establece entre encantamiento y magia puede tener que ver con el conocimiento de ciertos tópicos de los cuentos maravillosos donde losencantamientos son explicados a partir de un hecho mágico.
Leo el cuento y los alumnos no interrumpen mi relato, esperan a que concluya.
Ezio:- ¡Qué malo!
Nahuel:- no, estaba loco el viejo.Yo:- ¿por qué estaba loco?
Nahuel:- porque le dijo que era un fantasma.
En estas respuestas queda en evidencia la tensión que este cuento produce con lo verosímil ya que los...