Claudia

7. LECTURA DORADA COMETA

Perdido. Eso fue lo que sentí la primera vez que lo escuché hablar. Estaba solo, haciendo volar su cometa en el parque.
No había nada extraño en aquel pequeño niño sin zapatos, con el pelo largo color oro, que corría como el viento para tratar de que su cometa se elevara. Sin embargo, algo en él me hizo pensar que era diferente de los demás niños. No sólo hacía volarsu cometa, sino que también le hablaba, como urgiéndola a volar más alto. El niño caminaba nuevamente hacía la cometa caída, la recogía y la enderezaba para comenzar a correr de nuevo. Sin embargo, la cometa nuevamente daba tumbos y caía una vez más. -Creo que le deberías poner un poco más de peso a la cola – le dije-.
Hazla un poco más pesada, para que cuando comiences a correr y la cometase levante, la cola la mantenga en posición vertical. -¿Estás seguro? – me preguntó.
Para ser sincero, yo no tenía mucha experiencia en cometas. No tenía hijos y apenas recordaba vagamente los momentos cuando mi padre me llevaba de niño a volar mi propia cometa. Pero siempre recordaría que mi padre me había dicho que el truco para que una cometa volara alto era una cola bien balanceada entamaño y peso. Si era muy larga, la cometa no volaría muy alto. Y si era muy corta, irremediablemente daría tumbos de lado y terminaría en el suelo.
-¿Una cola larga? ¿Estás seguro? – me preguntó el niño nuevamente-. ¿Y crees que si hago la cola más larga podré volar con ella? Sonreí.
-Por supuesto que no. La cometa volará más alto, pero no te llevará con ella.
-Ah, ¡entonces no me servirá de nada!Tomo su cometa, enrolló la cuerda y comenzó a alejarse de mí.
Había destrozado el sueño de un niño al decirle que su cometa no lo haría volar con ella. Pero tenía que ser sincero y evitarle todo el infructuoso empeño que pondría al pensar que podría volar tan alto como su cometa. Sin embargo, la tristeza que note en sus ojos me hizo reconsiderar mi actitud. ¡Oye niño espera! – le dije.
Dejó decaminar y se volteó hacia mí
-¿Así que quieres una cometa que te haga volar con ella?
-No sólo eso – me dijo -. Necesito una cometa que me lleve tan alto que pueda llegar a las estrellas. Comencé a reír. -Estás bromeando ¿no? – le pregunté .Se puso muy serio.
-No, no lo estoy. ¿Acaso te parece raro querer llegar hasta las estrellas?
-¿Y cómo piensas construir una cometa que te lleve hasta lasestrellas? – le pregunté, esta vez en un tono muy serio-.
¿Qué sentido habría tenido decirle a aquel pequeño y cándido niño que nunca sería capaz de volar con su cometa hasta las estrellas? Uno era en verdad libre de soñar, de hacer de cualquier sueño una realidad.
Pero hacía mucho tiempo de eso. Crecí y comencé a preocuparme por las cosas realmente “importantes” de la vida.
Es una pena quenunca nadie me hubiera dicho que algún día, tan pronto la encontrara, llegaría a odiar la seguridad tan anhelada.
No había podido dormir bien. Decidí ir al parque de nuevo. Allí estaba el mismo niño, terco como el día anterior, tratando de hacer elevar su cometa, sin suerte. Me acerqué a él. -¿Alguna mejoría? – le pregunté. -¿Por qué preguntas? – me dijo-. Tú crees que jamás podré hacer volar micometa tan alto como las estrellas.
-Bueno, es cierto – le contesté.
-Jamás podrás tener aquello que no entiendes – me dijo.
¿Cuántos años tienes? – le pregunté.
-Eso depende- me contestó- ¿Realmente necesitas saber?
-No- respondí.
-Mejor así- me dijo-. Ahora, ¿viniste al parque a caminar o regresaste porque quieres ayudarme con la cometa para que pueda llegar hasta las estrellas?
-Por raro queparezca, decidí ayudarte a construir tu cometa-estrella.
-¡Grandioso! – dijo.
-No sé por qué hago esto – le dije -.
Pero lo haré.
Aliviar el dolor del corazón de otro es olvidar el dolor del propio – me dijo. Como yo no era un experto en construir cometas, pensé, que lo mejor que podía hacer era visitar una librería y comprar un libro acerca de cómo diseñar y construir cometas. Así que...