Cojo

La sensibilidad se ha fugado de las aulas

La literatura puede ser aprendida, pero no enseñada.
Luis Brito García.
Llegar a un salón de la universidad y sentir que todos los que te rodean estáncomo muertos es un un devenir cotidiano, cuidado si sino trivial. Entender anticipadamente que muy pocos docentes llevan consigo malas intenciones (con sus contadas excepciones), pero que casiinevitablemente carecen de pasión por lo que hacen. Nadie escucha. En el claustro se han extinguido los interlocutores. Llegamos a un punto tal del absurdo que hacer cuestionamientos te hace ganarte enemigosgratuitos, sólo “don nadies, fracasaos casaos con el insulto”. Creo necesario confesar que en más de una ocasión actitudes de este tipo me agriaban el ánimo, hasta que entendí que todo es un asunto decarácter, de personalidad, de disposición, no de ignorancia. Una decepción tras otra, funciones pedagógicas utópicas alas que no les he podido encontrar verdadera materialización en las enseñanzas.Cansado de formalidades estériles que sólo cumplen la ilusión de hacerme sentir parte de un sistema. Compañeros que simulan cascarones vacíos. No pasión. No sensibilidad. Claro, es muy respetable queno les guste Beethoven, Vivaldi, Sibelius… pero que a un chico excepción le apasione y por ello reciba burlas encarnizadas sólo da cuenta de su nivel de estupidez. Me importa menos la descomposiciónmoral que la desintegración espiritual. No los conmueve en lo más mínimo un poema de Becquer, a Salinas y a otros tantos le dicen casi como españoles: “a tomar por el culo a tanta poesía mamona”. Segradúan de toreros después de los múltiples oles con los que burlan al caballero de la triste figura. Es comprensible que les parezca ortodoxo, un poco anacrónico exigirles que se desborden por FrayLuis de León o Santa Teresa, es imposible, ¡ es mucho más urgente los comentarios del estado en Facebook!. Duermen todos. Los demás autores españoles se volvían polvo de estrellas en esos libros...