Comandante Manuel Prado “La Guerra Al Malón”. La Mirada Del Otro En La Guerra Del Desierto Argentino

Comandante Manuel Prado “La guerra al malón”.
La mirada del otro en la guerra del desierto argentino

La micro-historia y el testimonio han crecido en reconocimiento frente a la historia oficial, pues permite determinar hechos personales que confirman o niegan la historia general de un pueblo, le dan voz a personas anónimas y algunas veces le permiten adquirir el nivel de héroes de acuerdo ala perspectiva de su cultura, ese es por lo menos el intento que realiza el comandante Prado al publicar “La guerra al malón”. Con un narrador testigo cuenta desde lo cotidiano su vida en la frontera, exaltando la figura del “milico” como hombre encomiable y aguerrido que triunfa sobre el bárbaro y es capaz de conquistar para la civilización toda la pampa.
En la recurrencia al tópico de la falsamodestia asume que no es un gran escritor, dice: “téngase en cuenta que este volumen no es más que un índice, un borrador de apuntes que he ido acumulando con la intención, es cierto no realizada de ordenarlos, pulirlos…” (Prado, 1981: 47), además desea seguir sirviendo al ejército, por tanto, escribe en su biografía “haré crónica de nuestras glorias militares y esbozaré la silueta de aquellosilustres soldados que honraron al país con sus hechos” (Prado, 1913 en Prado, 1981: 28). Aquí esta la función literaria de Prado, escribe para reconocer a quienes la historia pueda olvidar, a sus compañeros de batalla y de esta manera utiliza, igualmente, el texto para establecer una crítica a las políticas de su Gobierno, tanto en el reconocimiento a los soldados como a la distribución de lastierras recién conquistadas. Un buen ejemplo es cuando refiere que el cadete Crobetto debe nadar largos trechos en invierno para recuperar ganado perdido, y llega a la siguiente reflexión: “Esta hazaña fue comentada en el campamento; pero veintiséis años más tarde el ex cadete Crobetto tuvo que retirarse con el grado mayor, mientras que otros más felices, con menos servicios y con no más competenciaprofesional disfrutan pensiones de coronel… o general” (Prado, 1983; 121) y en cuanto a lo segundo refiere “al verse después [la pampa] despilfarrada…, la tierra pública marchanteada [comerciada] en concesiones fabulosas de treinta o más leguas; al ver la garra de favoritos audaces clavada hasta las entrañas del país, al ver como la codicia les dilataba las fauces y les provocaba babeos innobles delujurioso apetito, daban ganas de maldecir la gloriosa conquista…” (Prado, 1981:143).
Ante tan delimitado enemigo, los gobernantes argentinos, Prado ataca desde el que es testigo, “milico” y héroe de esa hazaña patriótica, por tanto, sus reflexiones histórico- literarias distan de enfocarse en el indio, pues para él ya no existe, han sido eliminados por el esfuerzo y tesón de sus mismoscompañeros.
Ante ese espectro realizar un análisis de su mirada frente a la etnia araucana de las pampas argentinas es sumergirse en comentarios asistemáticos y vagos, frente a un enemigo que deja muchas veces de describir o relatar sus historias por algunas razones que es necesario recuperar. Primero el enemigo es un otro al que se debe destruir, sólo se le debe conocer para ese objetivo; segundoes numeroso y poderoso lo que provoca un mayor alejamiento y recelo, tercero es el dueño de ese lugar y el ejército argentino es el invasor, puesto de esta manera entendemos que nuestro narrador no reflexiona en función de las causas profundas del enfrentamiento “teniendo por base este lema: ¡Obediencia pasiva y absoluta!” (Prado: 1981: 50) razones que determinan una imagen de distanciamiento ysimplificación del indio para nuestro escritor. No había diferencias entre ellos, actúan igual, los mira desde lejos.
Están descritos y calificados como una horda fanatizada, los indios, fiero malón de las pampas, salvaje aleccionado (cacique), los bárbaros, los pampas, los infelices, entre otras referencias de iguales características. Todas denominaciones generales, que exceptúa sólo en...