Comentario de Texto

Con ocasión del funeral de una persona querida recordé, hace poco, el sentencioso dictamen de Albert Camus: los hombres mueren sin saber por qué no han podido ser felices. A veces tiendo a pensar que no han podido ser felices porque han perdido demasiado tiempo y derrochado demasiada energía buscando… la felicidad. Precisamente.
No comparto la moraleja del cuento aquel en que el rey encontró porfin a un hombre feliz, uno solo, y resultaba que no tenía camisa. Es un mito construido para consolar a los pobres y que no hagan la revolución. No se puede ser feliz cuando las necesidades básicas no están cubiertas, eso está claro. Pero es verdad que los seres humanos, una vez satisfecho el mínimo vital que también es variable, porque mientras más se tiene, más se quiere, nos empeñamos endefinir la felicidad como el logro de una meta, y a ella subordinamos toda nuestra actividad.
Hay quien sitúa esa meta en la conquista del poder, quien anhela la acumulación de riqueza, quien lucha por el prestigio social y quien persigue la fama. Ocurre lo siguiente: o no se consigue el objetivo propuesto, con lo cual se acumula frustración y, por tanto, infelicidad, o se conquista lo deseado, yentonces uno se da cuenta de que no le llena del todo, que lo que parecía el no va más apenas satisface las expectativas, que lo que se soñó maravilloso acaba pareciéndonos ramplón y minúsculo. Eso, sin contar con que todo resulta pasajero y circunstancial, y nunca dura tanto como nuestras ensoñaciones alimentaron.
¿Estamos condenados, pues? No necesariamente. Solo hace falta una buena dosis desentido común que nos libre de las tentaciones de la ambición y el inconformismo. Horacio lo recomendaba: “Actúa sabiamente. Destila las uvas para el vino y, para tan breve tiempo, suprime las largas aspiraciones (…) Goza el día que vives, confiando lo menos que puedas en el que ha de venir”. La vida es tan corta que conviene no equivocarse sobre el lugar de la felicidad, que no está en ningunaparte, sino dentro de cada cual.

José Aguilar, Granada hoy, 1/11/2011


TEMA: Búsqueda de la felicidad en el propio interior.

RESUMEN: Según Albert Camus, los seres humanos no encuentran la felicidad porque pierden el tiempo buscándola de forma frenética donde no está. Es cierto que para ser feliz hay que tener cubiertas las necesidades básicas, pero a partir de ahí, equivocamos el itinerario.A menudo se trazan metas inalcanzables o metas que se consiguen, pero defraudan, porque se olvida que nada es duradero. La solución no está en renunciar a la felicidad, sino en aprovechar el presente y buscarla en el interior de cada cual, no en las cosas materiales.

ÁMBITO DE USO: Es un texto periodístico de opinión, de corte humanista. Es periodístico porque aborda un tema de actualidad (enrealidad, es un tema intemporal, de siempre; pero hoy también preocupa ser feliz) y es de opinión porque el autor sugiere ideas, propias y de los clásicos, para buscar esa felicidad con mayor acierto.

No lleva titular. Viene firmado por José Aguilar y fue publicado en prensa local, “Granada hoy”, el 1/11/2011. Pertenece al género periodístico del artículo. Puede que corresponda a una columnafija o que sea un suelto ocasional.

Utiliza un nivel de lengua estándar, como es propio de este tipo de escritos, con expresiones cultas (“el sentencioso dictamen de Albert Camus”, L. 1) y otras de uso más coloquial (“mientras más se tiene, más se quiere”, L. 9)

Va dirigido a un lector medio-alto, quizá no muy joven, gente que tenga cierto hábito de reflexión. No presenta ninguna sugerencianovedosa. Lo que él dice ya lo dijeron otros antes. Pero, en un tempo en que se vive a toda velocidad y con un índice elevado de estrés, invita a pararse un momento y a considerar una de esas clases de verdades que no han cambiado con la tecnología.



MODALIDAD DISCURSIVA: Combina la exposición con la argumentación, como la mayoría de los textos de opinión, pero en este caso, se arranca...