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Diario Clarín del día domingo 9 de septiembre de 2012.

Artículo: Ajuste por inflación: gana el Estado y pierde la gente.

“La prohibición del ajuste por inflación es una rémora de la Ley deConvertibilidad, avalada, todos los años, por la Ley de Emergencia. El costo es para la gente; y el beneficio, para el Estado”.

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Después de leer este artículo llama la atención lapoca reacción observada ante semejante dolo cometido por el Estado, salvo las continuas manifestaciones de Moyano sobre la falta de actualización del mínimo imponible en el impuesto a las ganancias,escuchadas pero ninguneadas por los miembros del Gobierno Nacional.

Esta actitud, tanto del Gobierno, llámese Poder Ejecutivo, Legislativo o Judicial, es dolosa y cómplice y no puede catalogarse denegligente. Además no se entiende la pasividad y resignación de la gente, afectada económicamente por estas medidas.

Llevado a otro terreno, imaginemos que todos los años cambiaran el metro patróny la comunidad científica no reaccionara ante tamaño desatino.

También es una falta de respeto a la inteligencia, que se ve ofendida por aceptar pasivamente los efectos de una distorsión semejante,alterando las relaciones entre los parámetros económicos, como si fueran los espejos deformantes de los parques de diversiones, o como en la época de Menen, que lo veían “rubio y de ojos celestes”,según Neustadt.

También se observa este fenómeno en las contrataciones del Estado, donde se exige un certificado de cumplimiento fiscal para contrataciones mayores a $ 50.000, de engorrosocumplimiento, beneficiando a pequeñas empresas de provisiones o trabajos chicos menores de este valor a las que solo le exigen una declaración jurada de libre deuda. Este valor no es actualizado desde hacemuchos años. Con la inflación actual va a llegar un momento en que por $ 50.000 solo se podrá comprar una “lamparita” y solo podrán contratar con el Estado las empresas grandes, en desmedro de las...