Competitividad del sector agricola
Páginas: 14 (3428 palabras)
Publicado: 3 de julio de 2014
El choque bipartidista del medio siglo
La restauración conservadora
Rubén Sierra Mejía (editor),Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional, 2012
Esta publicación es la cuarta de una serie de textos producto de ‘La cátedra de Pensamiento Colombiano’, sobre etapas emblemáticas de la historia nacional. ‘La restauración Conservadora’ cubre el corto lapso de una década (1946-1957)inmersa en el agitado período de ‘La Violencia’, que ha tenido consecuencias negativas hasta hoy. Además de la presentación del libro que hace el filósofo Rubén Sierra, esta publicación la integran 11 ensayos, incluido uno de Rubén. Los otros 10 fueron escritos por académicos de distintas disciplinas: Herbert Braun, Malcolm Deas, Tomás Barrero, Ángela Uribe, Rocío Londoño, Leonardo Tovar, DavidJiménez, Miriam Jimeno, Carlos Niño e Iván González.
El aporte de los historiadores a períodos significativos del transcurrir de un país es fundamental para entender la vida cotidiana, en un esquema amplio que cubre variados contextos nacionales. Generalmente, se plantea dentro de relatos simples del diario acontecer, para que a partir de allí se encaucen panoramas explicativos amplios, generalmentelibres de pretensiones y postulados teóricos. Esto es lo que nos enseña Herbert Braun en su capítulo titulado “De palabras y distinciones”. A lo largo de un coloquial y agradable escrito, una breve anécdota sobre un humilde telegrafista del pueblo de Roldanillo, llamado Manuel Bedoya Ruíz, sirve de telón de fondo para enfocar la tragedia de ‘La Violencia’ en el país. Por el relato pasan personajesde muy diverso tipo, tiempo y lugar, para describir a través de ellos las costumbres, idiosincrasia y formas culturales de la Colombia de los años cincuenta, rural, elitista, pobre y atrasada, pero que exhibía las buenas costumbres que contrastaban con la tragedia nacional de ese entonces. En medio de ideologías políticas y religiosas, sectarias y excluyentes, transcurre –a través del caos– elendemoniado período de modernización capitalista sostenida, a costa de crímenes y masacres. Apoyado en relatos de numerosos escritores y biógrafos, el autor enmarca expresidentes, como el sectario Laureano Gómez y su opuesto Manuel Murillo Toro un siglo antes, el obispo de Santa Rosa de Osos Miguel Ángel Builes y el guerrillero liberal Saúl Fajardo. Alrededor de todos ellos –como referente– seaprecia a Don Manuel y a varios nombres y figuras del momento, que sirven para ambientar el excelente relato histórico y explicativo de ese aciago período de nuestra historia.
El filósofo Rubén Sierra apunta al pensamiento de Laureano Gómez y su proyección en el proyecto de elaboración de una nueva Constitución, con ingredientes de la ideología fascista italiana y el franquismo español. Pero quizásel aspecto principal es mostrar cómo la lectura conservadora de Simón Bolívar sirvió para ubicar ese proyecto como herencia nacional de la mejor estirpe. Como señala Sierra, “los gobiernos del continente que han buscado perpetuarse en el poder, con frecuencia han acudido al pensamiento del Libertador como apoyo de sus propias ambiciones”. Aunque hubo ambivalencias al respecto en los pensadoresconservadores de mediados del siglo pasado en el país, la referencia es válida frente a los movimientos políticos con acento dictatorial, de derecha o de izquierda, relacionados con al fenómeno caudillista latinoamericano. Pero lo importante del capítulo es el documentado recorrido que hace Sierra alrededor del pensamiento de Bolívar para apreciar la justificación del proyecto constitucional dentrode tres parámetros definidos: catolicismo, hispanismo y pensamiento bolivariano, en un marco corporativista. La forzada armonía que plantearon estos conservadores –y otros del siglo XIX– entre su pensamiento y un supuesto repudio del Libertador a la ilustración y una identidad moral con la Iglesia católica es un aspecto que se destaca. Pero al final de ese episodio político, en medio de la más...
La restauración conservadora
Rubén Sierra Mejía (editor),Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional, 2012
Esta publicación es la cuarta de una serie de textos producto de ‘La cátedra de Pensamiento Colombiano’, sobre etapas emblemáticas de la historia nacional. ‘La restauración Conservadora’ cubre el corto lapso de una década (1946-1957)inmersa en el agitado período de ‘La Violencia’, que ha tenido consecuencias negativas hasta hoy. Además de la presentación del libro que hace el filósofo Rubén Sierra, esta publicación la integran 11 ensayos, incluido uno de Rubén. Los otros 10 fueron escritos por académicos de distintas disciplinas: Herbert Braun, Malcolm Deas, Tomás Barrero, Ángela Uribe, Rocío Londoño, Leonardo Tovar, DavidJiménez, Miriam Jimeno, Carlos Niño e Iván González.
El aporte de los historiadores a períodos significativos del transcurrir de un país es fundamental para entender la vida cotidiana, en un esquema amplio que cubre variados contextos nacionales. Generalmente, se plantea dentro de relatos simples del diario acontecer, para que a partir de allí se encaucen panoramas explicativos amplios, generalmentelibres de pretensiones y postulados teóricos. Esto es lo que nos enseña Herbert Braun en su capítulo titulado “De palabras y distinciones”. A lo largo de un coloquial y agradable escrito, una breve anécdota sobre un humilde telegrafista del pueblo de Roldanillo, llamado Manuel Bedoya Ruíz, sirve de telón de fondo para enfocar la tragedia de ‘La Violencia’ en el país. Por el relato pasan personajesde muy diverso tipo, tiempo y lugar, para describir a través de ellos las costumbres, idiosincrasia y formas culturales de la Colombia de los años cincuenta, rural, elitista, pobre y atrasada, pero que exhibía las buenas costumbres que contrastaban con la tragedia nacional de ese entonces. En medio de ideologías políticas y religiosas, sectarias y excluyentes, transcurre –a través del caos– elendemoniado período de modernización capitalista sostenida, a costa de crímenes y masacres. Apoyado en relatos de numerosos escritores y biógrafos, el autor enmarca expresidentes, como el sectario Laureano Gómez y su opuesto Manuel Murillo Toro un siglo antes, el obispo de Santa Rosa de Osos Miguel Ángel Builes y el guerrillero liberal Saúl Fajardo. Alrededor de todos ellos –como referente– seaprecia a Don Manuel y a varios nombres y figuras del momento, que sirven para ambientar el excelente relato histórico y explicativo de ese aciago período de nuestra historia.
El filósofo Rubén Sierra apunta al pensamiento de Laureano Gómez y su proyección en el proyecto de elaboración de una nueva Constitución, con ingredientes de la ideología fascista italiana y el franquismo español. Pero quizásel aspecto principal es mostrar cómo la lectura conservadora de Simón Bolívar sirvió para ubicar ese proyecto como herencia nacional de la mejor estirpe. Como señala Sierra, “los gobiernos del continente que han buscado perpetuarse en el poder, con frecuencia han acudido al pensamiento del Libertador como apoyo de sus propias ambiciones”. Aunque hubo ambivalencias al respecto en los pensadoresconservadores de mediados del siglo pasado en el país, la referencia es válida frente a los movimientos políticos con acento dictatorial, de derecha o de izquierda, relacionados con al fenómeno caudillista latinoamericano. Pero lo importante del capítulo es el documentado recorrido que hace Sierra alrededor del pensamiento de Bolívar para apreciar la justificación del proyecto constitucional dentrode tres parámetros definidos: catolicismo, hispanismo y pensamiento bolivariano, en un marco corporativista. La forzada armonía que plantearon estos conservadores –y otros del siglo XIX– entre su pensamiento y un supuesto repudio del Libertador a la ilustración y una identidad moral con la Iglesia católica es un aspecto que se destaca. Pero al final de ese episodio político, en medio de la más...
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