Comunicadora Scial
La iglesia de los Chillos
Era en horas de lamañana cuanto un hombre se encontraba sumido en sus pensamientos mientras trabajaba haciendo carbón en las faldas del Pasochoa. Estaba muy intranquilo y, continuamente, miraba hacia las amplias explanadasdel valle. Aunque no tenía motivo, estaba preocupado, sentía que algo malo estaba por suceder.
Tratando de alejar aquellos pensamientos, volvió su mirada a los negros trozos de carbón que sostenía enlas manos; de pronto, sintió que bajo sus pies temblaba la tierra y unos ruidos muy extraños se dejaban escuchar por todas partes; asustado, se persignó varias veces intentando alejar de sí el terrorque estaba sintiendo. Pasados unos minutos, que parecieron una eternidad, la tierra se había calmado y el hombre, que no había dejado de musitar oraciones continuó con su tarea, al levantar nuevamentesu mirada hacia el horizonte, una lividez semejante a la de la muerte le cubrió el rostro mientras el terror se veía reflejado en sus pupilas.
A lo lejos, grandes e impresionantes lenguas de piedralíquida bajaban por las laderas del Cotopaxi. Cubrían de fuego todo lo que encontraban. La nieve que derretían se había convertido en un incontrolable e inmenso río de lodo negro y turbulento. Aquellafatídica corriente convertida en un aluvión que sembraba dolor y destrucción no tardó en llegar hasta el sector del Pedregal donde se levantaban un convento y una iglesia.
La fuerza de aquellanefasta corriente no tardó en cubrir las albas paredes del convento y la iglesia hasta hacerlos desaparecer por completo. A pesar de la acción devastadora provocada por el volcán, la pequeña capilla que...
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