contame una historia

CONTAME UNA HISTORIA
Marisa Pellejero



“Vos que tenés labia contame una historia,
metele con todo, no te hagas rogar
frename este absurdo girar en la noria
moliendo una cosa quellaman ‘verdad’...” 1


Así comienza diciendo un tango. Uno entre muchos. Tango que habla siempre de un sujeto, uno entre muchos; sujeto que es el que nos importa, sujeto que bien podría comenzar diciendo esto.
Quien viene a vernos a nosotros analistas, viene corrientemente, con la idea de que su realidad es “una”, que su relato expresa esa realidad y que su historia es eso que dice queaconteció en su pasado; llegan con “verdades” muy bien organizadas, pero que sin embargo no evitan que aparezcan temores, culpas e imposibilidades. No obstante, si llegan es porque alguna sospecha del orden de “otra cosa” entró en su trama de creencias. ¿Sospecha o ilusión de otra cosa?
Este trabajo apunta a hacer un recorrido sobre el concepto de verdad en psicoanálisis; y casualmente comienzoversando sobre la ilusión. En la filosofía la ilusión se vincula con la engañosidad de los sentidos, desconfianza de la percepción sensible. Kant decía que tanto la verdad como la ilusión no están en el objeto en sí mismo, sino en el juicio sobre él; es decir en el sujeto. Para el psicoanálisis, la ilusión se emparenta con la fantasía y ésta con el deseo; es decir, cuando se habla de ilusiones, elque habla es un sujeto.

Contando con una historia – Historia de opuestos
Nuestro sujeto parece decir: “Contame una historia, no la verdad”. Partimos entonces de una primera oposición: historia-verdad. Es que en el origen mismo, la verdad está planteada en un juego de opuestos. Si nos sumergimos en las acepciones de la palabra aletheia (verdad) nos encontramos entre verdad y no verdad, como sutraducción nos viene a decir: ocultar y develar a la vez. Lacan va a articular esto con la idea de palabra plena y palabra vacía2, no como una distinción de valor, sino situando que la palabra plena, aquella relativa al deseo, sólo es posible que acontezca sobre el marco de la palabra vacía como un telón de fondo que podemos ubicar en la libre asociación. En otro aspecto, pero siguiendo con estejuego de circunscribir la verdad a través de lo que no es o lo que se opone a ella, es interesante lo que dice Allouch cuando distingue verdad en oposición a olvido. Dice: “En la Grecia arcaica se distinguían dos planos: plano de la verdad y plano del olvido, con lo cual aquello frente a lo que se erige la verdad es el olvido” y sigue diciendo: “Se quiso orientar el psicoanálisis hacia labúsqueda de lo olvidado cuando se trataba de olvidar lo que no había podido ser olvidado. Psicoanalizar es hacer posible el olvido”3
Esto se entiende mejor si tenemos en cuenta que desde el origen Freud descubre un efecto de retorno perturbador, que no se recuerda pero que sin embargo retorna, está demasiado presente podríamos decir; basta con citar a Freud: “Las histéricas sufren de reminiscencias”. Elsufrimiento es pues a-letheia, no olvido. “No hay que ir a buscar una verdad, sino que ésta está en el punto de partida, el síntoma es una verdad” sostiene este autor.
¿Se trataría entonces de olvidar o de recordar?
En “Construcciones en el análisis” dice Freud: “¿Qué clase de material se nos ofrece aprovechando los cuales podemos conducir al paciente al camino de reconquistar los recuerdosperdidos? Son de muy diversa índole: jirones de esos recuerdos en sus sueños, ocurrencias que produce, retoños de las mociones de afecto sofocadas...” recordándonos que la situación transferencial es especialmente apta para favorecer el retorno de tales vínculos. “Con esta materia prima, deberemos nosotros producir lo deseado, deberá colegir lo olvidado que ha quedado tras sí, mejor dicho deberá...