Contra el ajo
. III CONTRA EL AJO
Si algún criminal con mano impía hubiese cortado la cabeza de su anciano padre, condénesele a comer ajos, más ponzoñosos que la cicuta. ¡Oh durosvientres de los segadores!, ¿qué veneno roe mis entrañas? ¿Es sangre de víbora cocida con estas hierbas la que me abrasa, o fue este manjar aderezado por Canidia?
Cuando Medea, entre todos losargonautas, escogió por amante al hermoso Jasón, untólo con zumo de ajos para que sujetase los indómitos toros, y con ajos envenenó los presentes que la vengaron de su rival antes de huir sobreel alado dragón.
Jamás ningún astro lanzó tan cálidos vapores a la sedienta Apulia, ni la túnica envenenada ardió con tal violencia sobre los hombros del pujante Hércules. Si un día deseascomerlos, jovial Mecenas, que tu amante rechace tus besos con su linda mano, y se acueste, lejos de ti, al borde de la cama
Sátiras de Horacio
Como el “burro hablando de orejas”, Horacio, enla segunda sátira del libro primero, se refiere a los hombres que intentan apartarse de ciertos vicios, pero que siempre terminan por caer en el vicio contrario al que precisamente evitan.Odas de Horacio
Retrocede el cruel invierno al regresar la primavera
y el Favonio,1
y los barcos se deslizan sobre troncos.2
Ya no buscan la oveja ni el pastor el calor del refugio,
y laescarcha no tiñe los prados de blanco.
Ya Venus Citerea3 bajo la alta luna guía los coros
y en ronda, las Gracias y las Ninfas4
con uno y otro pie golpean la tierra, mientras el ígneo
VulcanoEpístolas de Horacio
el que la tierra rompe con su arado,
y el marino que audaz surca los mares,
dicen que si trabajan y se agitan
es para retirarse a sus hogares,
cuando un recurso tenganya seguro
con que pasar una vejez dichosa;
cual la hormiga afanosa
(pues éste es el ejemplo que nos citan),
mirando a lo futuro,
acarrea a su troje
cuanto su boca aquí y allí recoge
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