corridas de toros

Las corridas de toros en los últimos tiempos han tomado mayor interés por parte de lassociedades en las cuales esta “tradición” como algunos la llaman se ha venido practicando,independientemente de si la muerte del animal se da dentro del espectáculo o fuera de él, ya que de cualquierforma la muerte del toro se da, y en las más indignas y cruelescondiciones; este interés ha sido de dos tipos: uno, de aquellas personas “incivilizadas” que disfrutan de la tauromaquia y el sufrimientoque esto implica para el animal, y por otro ladogrupos de personas que buscan una relación más sincera y armoniosa con los animales y la naturaleza. Pero ante estos dos grupos no me es difícil tomaruna opinión al respecto ya queconsidero que todos los seres vivos merecen dignidad, incluso en la hora de morir.
Muchos de los aficionados a este aberrante e inapropiado espectáculo se aferran aesto porconsiderarlo una tradición que debe mantenerse, se acepta que son manifestaciones culturales, pero negativas, que estos espectáculos entonces sean recordados como ejemplo de lo que nodebemoshacer. Porque si la tradición es motivo para mantenerlo pues también deberíamos perpetuar la dictadura, el machismo y la corrupción que, lamentablemente, también han sidotradiciones en varios paíseslatinoamericanos. Pues en toda tradición cultural hay hechos y manifestaciones que con el tiempo se consideran inapropiadas para una sociedad que progresa:así es como las dictaduras se han superado,la corrupción es intencionadamente combatida por diversos gobiernos de la región, y así mismo es como en varios países se abolió lascorridas de toros, y como algunas de las ciudades de nuestro paístomaron la misma decisión hace poco tiempo atrás, a pesar de que el mandato popular no se ha cumplido a cabalidad.