Corte penal internacional

¿TITULO?
No. No se trata de hacer un comentario más sobre un tema que esporádicamente ocupan esta y otros espacios académicos. Se trata de elevar una voz enérgica y firme para que en nuestro paísse adquiera conciencia sobre las dimensiones intolerables que ha adquirido constantemente la violación sistemática de los derechos humanos, con víctimas y protagonistas que recorren todo el espectroideológico del país, desde los extremos de la izquierda hasta los de la derecha, llevándose por delante a colombianos de todas procedencia y condición en medio de un dramático baño de sangre que cubrede luto y de vergüenza nuestro territorio.
Para referirnos a ciertos hechos que rectifican lo ya dicho, podemos encontrar un sin número de afectados y muertos por la violencia, encontrando asívergonzosas historias como las masacres de Bojaya. Mapiripan y otras tantas que cubren de luto y sangre nuestro pasado, presente y aun más triste el futuro.
Toda esta violación al derecho humano ysocial inquieta mucho, perturba el corazón y sacude hasta las entrañas a la democracia, que estos episodios caigan en el olvido rápidamente. Pero no solo por lo que los propios crímenes representan deindolencia y por lo que encarnan de descomposición social, sino también por la miopía de los dirigentes que parecen no comprender que se está poniendo en peligro el futuro del país; que se estáaumentando día tras día el aislamiento internacional de Colombia, la que empieza a esquematizarse en los medios foráneos como una tierra de bárbaros y salvajes que solo saben asesinarse los unos a los otros,y, sobre todo, que éstos parecen no comprender que si el fenómeno no se conjura urgentemente, hasta nuestros mejores socios y aliados en el mundo irán cerrándonos las puertas como condena y castigo anuestra imposibilidad de proteger los derechos humanos de nuestros compatriotas.
Claro tenemos que la solución que urge no se alcanza como si se tratara de construir una obra. No se agota en...