cosas
Soy mujer en los 40´s y madre de dos adolescentes, esposa, universitaria y trabajadora, provengo de la clase social media, y aveces desciendo en la escala, sobre todo cuando se multiplican los pagos y no alcanza la quincena. Soy voraz lectora y fanática de del cine, aficiones alasque he tenido que renunciar poco a poco, porque siempre existen cosas más apremiantes que hacer, comprar o pagar. Soy muchas cosas más yquisiera ser otras tantas, pero si les pidiera a mis hijos una descripción mía se resumiría en la siguiente frase ‘’una madre cavernícola’’. Tienen razón provengode una generación que aunque creció mucho más libre, jugando en las calles, no cuestionaba nunca las órdenes de sus padres. A mi generación no laanalizaba el psicopedagogo para detectar los problemas de atención que te impedían progresar en la clase. Bastaba un simple recado en el cuaderno ‘’Concepción no cumplió con la tarea’’ y despuésun baile de chanclazos bien puestos no se repetía el problema. Crecimos a cuerazos, jalones de orejas y de greñas, sabíamos los límites y no lo cruzábamos, éramos respetuosos de nuestros padres ymaestro, amábamos a los abuelos, y lo contrario a lo que se pudiera pensar éramos mucho más felices sin toda la tecnología que abunda hoy. El problema comenzó cuando algún psicológiconos vendió la idea de que ‘’Los padres deben ser amigos de sus hijos’’, y se perdieron el respeto y la disciplina, los límites se volvieron borrosos, y los niños tiranizaron a los padres.Ustedes saben la cantidad de tiempo que se pierde cuando a una niña le preguntas- ¿Qué te quieres poner majita? -¿Cómo te peino hoy? -¿Qué quieres desayunar?...
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