Crónica del centro de medellín

LAS PUERTAS DEL INFIERNO
Nunca había sentido tantas ganas de huir, me estremecí por completo, mis manos sudaban, mi corazón estaba tan acelerado que podía sentir como palpitaba mi garganta. Erancomo ratas que aprovechaban la oscuridad de la noche para salir de sus escondites, sus ojos denotaban ansiedad y miedo. Su mirada estaba tan perdida como yo en ese lugar. A partir del martes comencé aodiar el centro de Medellín.
En la noche cuando la ciudad innovadora se apaga, se enciende una que muy pocos conocen. Un sitio indeseable y perverso, lleno de pequeños agujeros que albergan lasplagas de la ciudad. Observé con suma atención la transformación que se vive, porque no solo cambia su aspecto, también los olores y el ritmo. Las calles del comercio cambian su razón social, pues despuésde las 9:00 pm cuando unos pocos se salvan de ser testigos del mortífero lugar, se abren las puertas de las casetas de vicio y prostitución.
El recorrido comenzó en el parque de San Antonio, siemprehe sabido que es un lugar peligroso, lleno de magos que con un acto fugaz desaparecen tus pertenencias. Escondí dentro de mis pantalones el celular y la cámara la sujeté de mi mano tan fuerte comopude. Una necesidad que se había convertido en deseo hacía vibrar mi cuerpo, quería encontrar el momento exacto, la noticia, el reportaje, la razón que anhelé para esta crónica. Lastimosamente el éxtasisno duró mucho tiempo pues la plazoleta estaba desolada y un desconsuelo se apoderó de mí, recordé que era martes y quienes frecuentan este atractivo de la ciudad solo descansan los domingos.
Asíque la búsqueda de acción continuó, mis energías aún estaban intactas, caminé unas cuantas cuadras más al norte y entre históricas fechas y mitos urbanos contados por el profesor Wilson Daza, miimaginación logró trasladarse al siglo pasado y hasta tornarse un poco romántica. Lamentablemente el ensueño terminó chocando fuertemente con la realidad. Mis pupilas se dilataron y la piel se me puso de...