Crecimiento De Las Poblaciones

Los sentidos de la democracia
(El hombre democrático y su sociedad)1
Jacques Ranciére
La reflexión moderna sobre la democracia suele representarla, la mayor parte de las veces, como
si estuviera a distancia de sí misma, separada de su verdad.
Esta separación se ha interpretado de dos maneras. Por un lado, se ha denunciado en la
democracia representativa y en las teorías que la propician laficción de una comunidad ideal que
encubre la realidad de los egoísmos y de la explotación de clase.
Por otro lado, se concede valor a la noción misma de democracia, pero sólo para decir que la que
conocemos no es más que la sombra de la verdadera. La verdadera democracia supondría que el
demos se constituya como sujeto presente para sí mismo en toda la superficie del cuerpo social.
Enambos casos la figura empírica del hombre democrático, con su modo individualista de vida,
parece contradecir la idea comunitaria de la democracia. Esta tensión se hace sentir, por ejemplo, en
el libro de Macpherson The Life and Times of Liberal Democracy: la democracia liberal aparece allí
como la conjunción un poco contranatura entre la esencia comunitaria de la democracia y el cálculoindividual de los costos y los beneficios en el universo liberal de la mano invisible. Por su esencia
misma, la democracia y el individualismo marcharían en sentidos opuestos. Y, dentro del contexto
desencantado actual, apenas sí tendríamos más opción que la de elegir entre estas dos posiciones:
sería necesario, junto con tomar en consideración la democracia liberal, o bien recolectivizar el
sentidode la democracia (de donde surge la búsqueda de suplementos de alma, que se resumen en
el tema de la participación), o bien decir francamente que lo que llamamos democracia no es más
que el liberalismo, que todos los sueños de polis dichosas no han sido sino sueños, la mentira que
se hace a sí misma una sociedad de pequeños y grandes capitalistas en el fondo de 'acuerdo
respecto de un sistemaque es el reino de los individuos posesivos.
Me pregunto si tales dilemas no tienen como supuesto algunas falsas evidencias respecto de la
naturaleza de la democracia. Quisiera mostrarlo examinando algunos aspectos de lo que llamaría la
vita democrática, tal como Hannah Arendt habla de la vita activa. ¿No hay acaso en esta "vida
democrática" algo que implica desde ya una determinada relaciónentre el principio individual de la
libertad y del cálculo de la vida y una determinada esencia de la comunidad? Yo formularía esta pregunta a propósito de dos aspectos de la vita democrática: el uso de las palabras y el uso de las
formas.
Existe una tradición de la crítica social que no ha consistido más que en la oposición incesante
entre las palabras y los actos de la democracia, o laoposición entre las formas de la igualdad y la
realidad de la dominación y la desigualdad. Me pregunto si esta oposición no supone un error inicial
respecto de lo que la democracia es. En el centro de este error se halla una extraña concepción de
la democracia original, la democracia antigua, según la cual ésta habría sido un sistema
caracterizado por la continua presencia a sí de un sujetopolítico, y según la cual este sistema
hubiera sido contradicho y arruinado desde adentro por el individualismo capitalista, por la aparición
de un sujeto, comprendido el sujeto proletario, domesticado por el individualismo capitalista. Siempre
1

Aparecido en Democracia y Participación, Santiago, Melquiades, 1988.

me sorprende la distancia que hay entre esta idea de la democracia griega, talcomo aparece con
máxima frecuencia en la filosofía política moderna, y el concepto de democracia presente en los
textos en que esa democracia se representaba a sí misma.

I. El régimen de lo múltiple
Recordemos aquel texto que inaugura la reflexión de la democracia sobre sí misma por la oración
fúnebre pronunciada por Pericles en el libro II de la Historia de la guerra del Peloponeso de...