criollos
Enseguida iremos al campo, los caminos reales y las veredas nos llevarán a contemplar los paisajes de las diferentes regiones, nos adentraremos en los pueblos, las haciendas y las rancherías. Los hombres y las mujeres, peones, arrieros, campesinos, pastores o hacendados visten a la usanza criolla, aunque de acuerdo con su raza, sexo y condición social.
Este viajeimaginario será posible gracias a los escritores, pintores y dibujantes que supieron captar lo que veían del México de entonces. Baltasar de Echave, Ignacio Barreda, Villaseñor, Luis Juárez, los Rodríguez Juárez, José Páez y Miguel Cabrera forman parte de la pléyade de artistas, mexicanos y extranjeros, que retrataron al mexicano, su manera de ser, de vivir y de vestir. Pero recordemos otra formamaravillosa de arte costumbrista, las pinturas de castas, que ilustraban, no sólo las personas que resultaban de las mezclas de razas, sino el entorno, el vestido y hasta las joyas que usaban.
En el siglo XIX, impactados por el “exótico” mundo que describieran el barón de Humboldt, William Bullock y Joel. R. Poinsett, llegaron a México innumerables viajeros ilustres, entre ellos la marquesa Calderónde la Barca y otros, como Linati, Egerton, Nevel, Pingret y Rugendas quienes alternaron con los mexicanos Arrieta, Serrano, Castro, Cordero, Icaza y Alfaro en su afán por retratar a los mexicanos. Escritores tan populares como Manuel Payno, Guillermo Prieto, Ignacio Ramírez –el Nigromante–, José Joaquín Fernandez de Lizardi y posteriormente Artemio de Valle Arizpe nos dejaron páginas muy valiosasdel acontecer cotidiano de aquellas épocas.
La ostentación virreinal
Vayamos a la Plaza Mayor un domingo por la mañana. Por un costado aparece, acompañado de su familia y su séquito, el virrey Francisco Fernández de la Cueva, duque de Alburquerque. En una elegante carroza traída de Europa viene a oír misa a Catedral.
Atrás quedaron los sobrios trajes oscuros de finales del XVI cuyo únicolujo eran las blancas golas. Hoy impera la moda afrancesada de los Borbones. Los hombres llevan pelucas largas, rizadas y empolvadas, casacas de terciopelo o de brocado, cuellos de encaje de Bélgica o de Francia, pantalones de seda, medias blancas y calzado de piel o de tela con vistosas hebillas.
Las damas de principios del siglo XVIII lucen entallados vestidos de seda o brocado con escotespronunciados y amplias faldas, bajo las cuales se coloca el armazón de aros llamado por ellas “guardainfante”. Estos complicados trajes tienen plisados, bordados, incrustaciones de hilos de oro y plata, madroños, pedrería, chaquiras, lentejuelas y listones de seda. Los niños se visten con réplicas del traje y las joyas de sus padres. Los atuendos de los sirvientes, pajes y cocheros son tan ostentososque provocan la risa de los transeúntes.
Las familias criollas y mestizas ricas copian los vestidos de la corte virreinal para lucirlos en las fiestas. La vida social es muy intensa: comidas, meriendas, veladas literarias o musicales, saraos de gala y ceremonias religiosas llenan el tiempo de hombres y mujeres. La aristocracia criolla se hace presente, no sólo en el vestuario y la joyería,sino también en la arquitectura, el transporte, el arte en sus diversas manifestaciones y en todos los objetos cotidianos. Alternan con “la nobleza” el alto clero, militares, intelectuales y algunos artistas que a su vez tienen a su servicio esclavos, sirvientes y damas de compañía.
En las clases altas el atuendo cambia con los acontecimientos. Los europeos dictan la moda, pero las influencias...
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