Cuando me muera quiero que me toquen cumbia
Los tres tienen 17 años. Víctor hace cuatro años, que empezó con pequeños robos, luego perpetró algunos de envergadura que le darían prestigio, hasta este último que le habían aconsejado que no lo haga porque la mueblería o carpintería, no era muy precisa la información, tenía vigilancia privada. Sin embargo, todo había salido bien aunque el botín sólo servirá para que con la parteque le corresponde, pueda llevar a Belén al Tropitango, o tal vez, si le dan ganas a escuchar a Leo Matiolli que tanto le gusta. Ya está adentro de los pasillos y se siente más seguro. Una sonrisa le ilumina la cara, aunque sabe que la yuta lo viene siguiendo. Mañana Crónica dirá, piensa Víctor: “ Otro asalto de pibes chorros, que se ocultaron en una villa”.
Mira el cielo y percibe que la lluviaacompañará posiblemente su salida nocturna. Es el sábado 6 de febrero de 1999 y Víctor, con Luís pisándole los talones se meten en el rancho de Inés Vera. O en argot de los pibes chorros, van a colar rancho.
II
“Pibe chorro no se nace: se hace.....La generación de jóvenes que hoy son conocidos como pibes chorros son casi todos niños de origen humilde, nacidos en la década del ochenta yllegados a la adolescencia a mediados de los noventa. Estos fueron años en los cuales las condiciones sociales de los sectores populares sufrieron cambios notorios. Hasta mediados de los setenta la pobreza en la Argentina había sido predominantemente de transición....Es decir, la mayoría de los pobres estaba en proceso de ascenso social y paulatinamente iban abandonando su condición de carentes. Pero apartir de mediados de los setenta y todos en los ochenta, esa tendencia se revierte, la pobreza se vuelve estructural y se dispara un proceso general de pauperización. En ese contexto, los humildes pierden posibilidades de ascenso social, con lo cual se estancan en su condición de carentes....Estas transformaciones estuvieron ligadas a modificaciones del mercado laboral.”*
III
Dos móvilespoliciales entran por la callejuela donde los pasos de Víctor y Luís parecen que aún resuenan. El móvil 12179 en los que van el Sargento Héctor Eusebio Sosa “alias” El Paraguayo” y los cabos Gabriel Arroyo y Juan Gómez. En el otro, el que lleva el número 12129 van Ricardo Rodríguez y Jorgelina Masón.
IV
“Para los hijos de marginados y desempleados- o de aquellos que acceden a empleos inestables yde baja remuneración- la calle, el grupo de pares o el tiempo libre sin ocupación específica se vuelven espacios de referencia. Imposibilitados ya de incorporar los valores tradicionales (porque han perdido sus sentidos y sus referencias) muchos jóvenes comienzan a generar nuevos sistemas de creencias, vida y cultura. Dado ese estado de cosas- ante la falta de proyectos a largo plazo- la violenciaempieza a ser vista como una expresión del coraje y la destreza física. Y se vive en una especie de inmediatismo, entendido como la necesidad del disfrute repentino e ilimitado en tiempo y espacio.”*
V
Inés Vera tiene esa solidaridad que teje las carencias para sobrevivir. Las armas que recibe las tira detrás de un ropero. El dinero lo esconde debajo del colchón. La única habitación es...
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