Cuento Corto Sobre El R O Chico

Páginas: 6 (1446 palabras) Publicado: 29 de junio de 2015
Sobre el río Chico

Un profundo valle nos devoró las piernas durante horas. El sol declinaba plomizo sobre nuestras espaldas; entre las profundidades del desfiladero anduvimos, machete y sable, ensanchando el anhelo, abriendo paso a la columna de combatientes que de a poco se precipitaba entre la corpulenta estampida del calor, calor izado desde un barro húmedo y arenoso. A lo lejos una bandadade aves cortó la quietud de la ya antigua mañana. Rasaron sobre nuestros cascos, eran cachilos amarillos que de pronto le restituyeron savia a nuestro camino. Un ruido, a furia de torrente, comenzó a endulzarnos la fatiga. Cuando encontramos el paso del río, violento y traicionero, algunos de los camaradas se precipitaron a refrescarse.
Era el primer contacto con agua, luego de transitar por laespesura selvática entre el fango y los animales, las enfermedades, las convicciones y las desesperanzas. ¿Eran éstas las exigencias que nos requería la revolución? ¿El dolor extremo, la clandestinidad, la omisión a los afectos? ¿Construir la Patria Grande contra la intrusión constante del Imperio, mientras el resto adormece en el sosiego de sus bienestares? Renegaba entre mis pasos, consumido porel pensamiento esquivo y perpetuando las palabras del Subcomandante Ernesto: “propugnar a través de herramientas competentes el bienestar general; amar así positivamente a los desfallecidos de nuestra región, brindando acceso a una vida digna”, dicho con esa voz macha.
Mi mente deambulaba inquieta e insolente, sermoneándome, rasgándome la conciencia cristiana, revolucionaria y socialista por latarea aún inconclusa. Eché un vistazo al agua con su atuendo de vida, y recuperé el optimismo. Seis colegas se desprendieron de la columna, alcanzaron la orilla y emprendían un abrupto sacramento nudista, cuando una bocanada de munición gruesa inflamó desde una barricada en el otro margen. Aquel ramalazo de plomo dejó tres hombres boqueando su último aliento en la arena.
- ¡Al carajo, los gringos!– chilló Ismael, tirándose al piso.
Tomamos resguardo de inmediato. Aquel frente liberó toda su inclemencia sobre nuestros cuerpos. Escandalizaban en nuestras cabezas, como abejas enfurecidas, los plomos del enemigo. Nos cubrimos tomando una posición gallardamente adecuada.
Cuando estuve a salvo, comencé a leer las descargas buscándole un origen. De cuclillas, detrás de una robusta yunga delsur, coloqué mi ojo sobre la mira del rifle hacia la barricada opuesta. La posición aquella permitía sugerir la presencia hostil.
Totalmente expuestos, eran dos; juro que odié aquel momento. El sol se ponía de azufre y descansaba su rigor sobre mi parietal derecho. Ejecuté con cólera dos disparos eficaces; observé el desmorono del primer soldado. El segundo, ya herido, no pudo huir a tiempo y fuedestrozado con una tercera ejecución.
Apenas disparé, volví mi espalda para recostarla sobre la yunga que se mantenía erguida, atestiguando mi terrible miedo. Respiraba hondo, asustado; eran mis primeras descargas sobre un ser humano.
- ¡Vamos, vamos Antonio! – gritó Ismael, marcándome que reconocerían la zona y debía resguardarle sus espaldas. No existía el espacio de la reflexión
Afirmé con lacabeza e hice una mueca de inclinación mientras sostenía con el antebrazo izquierdo mi fusil caliente. El silencio hostigaba junto al astro rey sobre mi espalda, con un espasmo duro; la adrenalina me salía por las uñas, me refregaba la cara, todo era como una bruta quimera.
La vehemencia del agua no permitía a la pequeña tropa llegar a la otra esquina. Nuestros milicianos hacían grandes pasos paracruzar, el agua les cubría hasta las rodillas, las escopetas eran alzadas con las dos manos para evitar humedecer la pólvora.
Jamás mis pulsos habían atentado contra algún compatriota. No podía creer que ésas inmundas destrezas hubieran quitado de la faz de la tierra a un ser. Con la mirada puesta sobre la barricada adversaria, buscaba percibir un mínimo y vital movimiento. Los cuerpos yacían...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • La P gina de los Cuentos Texto El r o de Julio Cort zar
  • Cuentos cortos
  • Cuento corto
  • Cuentos cortos
  • Cuentos Cortos
  • Un cuento corto
  • Cuento corto
  • Cuento corto

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS