Cuento El Portero De Mi Vida

El portero de mi vida
 
Hasta el momento, no había tenido muy buena suerte con los representantes de ese gremio.  Siempre me tocaron porteros antipáticos y/o chusmetas impresentables.  El del edificio anterior, ni hablar, era un amargo superlativo, un alcahuete sin códigos,  un verdadero insufrible.  Su pequeño mundito contenía la siguiente división de clases: los inquilinos, a los quedestrataba, sin miramiento alguno; y los propietarios, a quienes por poco no le lamía las suelas.  Como yo pertenecía al primer grupete, me miraba con desprecio, a sus ojos, yo era un ser inferior.  De todos modos, me generaba mucho más rechazo su servilismo patético que lo grosero que pudiera ser conmigo.  Por supuesto, yo no le daba ni media cabida, me limitaba a saludarlo  y punto.  Así me preservaba,podía pasar perfectamente de él.  Pero me daba vergüenza ajena verlo tan rastrero, sólo para conseguir unos billetes a cambio de una "gauchada", así como me asqueaba su mirada inquisidora, tratando de averiguar quién entraba, a qué, con esa mezcla de calentura mal resuelta y necesidad de ejercer control, para sentirse algo en su minúscula vida.   De todos los porteros que he conocido, esteindividuo se lleva el trofeo al más desagradable, sin dudas.  Los demás, en su mayoría, no fueron santos de mi devoción, pero tampoco llegaban a ser tan miserables como éste.   Sí recuerdo uno con el que me llevé francamente bien.  Siempre me gusta tener un trato de igual a igual con la gente, sin importarme a qué se dedica, con quien sale, ni de qué cuadro o signo es.  A pesar de que era un tipo muyamable, cumplidor y buena persona, yo era su única compinche en ese edificio infestado de pretendidos "nuevos "ricos", unos piojos resucitados, tilingos de cuarta, pedantes e hiper exigentes.   Lo tenían a muy mal traer al pobre, por eso lamentó muchísimo cuando la crisis del 2.001 me obligó a dejar aquel lindo departamento de Villa Urquiza.  Ojalá haya zafado de ese ámbito tan áspero y tenga ahoraun trabajo donde lo valoren y respeten.  Pero, bueno, el personaje en cuestión no es él, sino el flamante portero que tuve la suerte de encontrar al mudarme a este nuevo departamentito. La verdad, la verdad, estoy chocha con él [pic]
 
Lo voy a llamar Tito porque en el edificio todos lo conocemos por su sobrenombre.  Es relativamente joven, tendrá unos 40 años y pico, y es todo un personaje. Es grandote, alto, se nota que en algún momento hizo fierros porque tiene los brazos un poco marcados, porta zapán, usa un cortecito tipo punk, no viste el típico overol de los encargados, sino que anda de musculosa negra y jeans.  Ah, también lleva arito y, si mal no recuerdo, tiene algún tatuaje.  En resumen, no tiene la pinta del encargado tipo, sino la de un  rockero madurito, medio pesutti[pic]
 
Lo más copado del chabón es que es muy pero muy simpático y siempre está dispuesto a dar una mano. Además, es un verdadero “hombre de acción": siempre está haciendo algo, para el edificio, para algún inquilino o propietario y, si no, para un vecino o cualquier transeúnte o automovilista casual.   Por supuesto, sabe vida y obra de todos nosotros pero, qué se yo, se mete desde otro lugar. No digo que no haya un ingrediente de chusmerío en su actitud, pero no se resume sólo a eso. Además, para mí ya es como parte de la familia, así que me tiene sin cuidado.  No suelo ser muy comunicativa con mis vecinos o el portero, me limito a ser educada pero no acostumbro a intimar con nadie.  Pero con este personaje es imposible sustraerse, me cayó bien de entrada y tuvimos una relaciónfluida y amistosa desde el comienzo. Me da gracia y no deja de asombrarme que para salir o entrar al edificio, sí o sí, haya que mantener un diálogo con él.  En otras circunstancias, me hubiera chocado, lo hubiera sentido intrusivo de su parte y, por todos los medios, trataría de evitarlo. Pero como Tito me cae de 10, lo acepto, así es que resigno algunos minutos para charlotear con él hasta...