Cuento Pancho

Me siento agotado. Ha sido un día movido, agitado, cansador. No vale la pena seguir encasillando semejantes horas en un par de palabras, sería por lo bajo, triste. Pero es que cada día tiene esesabor diferente al que pasó. Seriamos capaces de encasillar los días como si ya supiésemos que vendrá. “Este jueves será cansador”, sin saber que ese mismo jueves el destino te entrega algo fuera de loesperado, algo tan sorprendente como lo que nos provoca el azar.

De todas maneras, emprendí mi viaje a pie como es de costumbre. El calor me pegaba fuerte a esas horas del día, eran algo así comolas 5. Camine con la compañía de una tibia brisa, y miradas que miraban al infinito, como queriendo gritar, pero a la vez avergonzadas de su sufrimiento. Ya todo cambió, soy yo el que logra decir si lohago o no. Dependo del dinero, claro, pero no debería tomarse en cuenta, al fin y al cabo todos estamos sujetos a sus egoístas manos. Las falsas promesas me dan una fría sonrisa. En cambio, la deaquella niña, que no debe superar los 2 años, me recobija. La expectación es alta, no he sido defraudado aun, espero que esta no sea la ocasión. La ingenuidad es definitivamente un arma de doble filo,aun más si lo unimos a ese sentimiento digno de un animal castrado.

Espero, me siento, parece que nuevamente tendré que esperar mas de lo definido. Estas tecnologías cada vez nos hacen másdependientes. Me cuesta concentrarme, el calor ya logro su cometido conmigo. Nos encontramos, dimos unos aires. La conversación fue algo fría, no había nada que conversas.

La vuelta fue claramentedistinta. La brisa habìa hecho estragos sobre mi. Mi mente yacìa en las manos de aquel dios que durante tanto tiempo he renegado. Mi pies andan, mi respiración se acelera, pero mi mente sigue ahì, en esabocanada de aire que di hace un instante. ¿Fue un instante? Se me ha hecho eterno.

Al fin y al cabo, vivimos en una burbuja que parece no estallar. Hilar las ideas se hace difícil, mucho mas...