Cuento

ESCUELA: EPIAM
CURSO: Sociología
PROFESOR: Carlos Arenas
ALUMNOS : Kimberly Franco

GUITAR HERO

Solo era una guitarra, ni siquiera era de madera, una guitarra de plástico de una consola devideojuegos, al menos interpretaba buena música, música que trascendió históricamente, y dio muestras de politiquería social, pero la diferencia es que no era solo para cultos, sino para todo aquel quetenga orejas, y de una apreciación cercana de la letra al autor del movimiento, y que no la trangiverse, como ocurre cuando el movimiento es truncado abruptamente, y los seguidores entran endesesperación, porque “el que los entendía” no da muestras de vida, y entienden de otra forma el movimiento artístico del que creen formar parte.

Estaba ahí, en el estante, el pequeño santuario creadopara distinguirse de los demás objetos de colección, pero el problema era que tenía más polvo de lo habitual, no eran exámenes, tampoco verano, entonces, porque el resplandor de sus complejas teclasestaba cubierto por el cruel polvo, que indicaba el tortuoso paso de tiempo. Extrañaba tomar parte de los acordes de tan complicadas canciones, que no eran comerciales, y protestaban contra elcapitalismo, lo sabía por la voz que cantaba la historia del Rock cada que se emocionaba al jugar con el fondo de una canción mítica que estremecía y fusionaba a “rockstar” de videojuego y guitarra de plástico,un placer mundano para ambos, que se repetía cada caída del sol, y duraba 4 discos de vinilo, donde se hacía un recorrido selecto de la influencia que tuvo la buena música en la sociedad.

Nadapodía hacer, la dosis del alucinógeno era cada vez más necesaria, como un drogadicto en rehabilitación, ansiaba tanto la recaída, que no le importaba el paso del tiempo, solo quería “volar” una vez más.Recordaba el movimiento Punk y la ira en contra de la sociedad, la sociedad contemporánea, que se pretendía ajustar al capitalismo, una sociedad regida por clichés que despreciaban el pensamiento de...