Cuento

Lo único que me queda.


Las gotas cristalinas descendían lentamente por mis tobillos dejando tras de si un sendero trasparente que arribaba en los adoquines grisáceos donde estaban posados mis dos pies. Enfoque mi perspectiva en el charco mas próximo que ondeaba debido a la ventisca que aun asperjaba mi rededor, me incorpore sosiegamente, aventaje pausadamente mi pie derecho, atisbando asíuna pizca grácil que con ostentosidad recorría el dorso de mi pie, segundos después percibí lo empapada que se encontraba la planta de mi pie y asimismo el pavimento; proseguí con el impulso de ese mismo pie que propicio un saltito pequeño haciéndome bajar de la acera, así empecé, pasos pequeños que en menudos instantes se hacían mas largos, comencé a trazar con mi pie izquierdo una línea curva queceñía invisiblemente cuatro adoquines la cual arribaba al lado de mi otro pie…uno, dos , tres, cuatro, cinco…. uno, dos tres, cuatro, cinco… y como era de esperarse el estrépito de mi cuerpo al descender.

¡Nuevamente, no desistas!, grité, me incorpore de inmediato y volví a reproducir aquella melodía tan familiar que comúnmente tarearaba sin ton ni son… uno, dos, tres, cuatro, cinco… y serepitió mi caída; tal vez esto ocurría debido a mi ignorancia, pero el cinco era el único recuerdo que residía de mis padres en mi mente… y ya no estaba decidida a perder mas. La somera idea que divago hace un instante por mi pensamiento estaba guarnecida, clavada, presente, aunque eso se había acontecido hace más de cuatro años. Mis padres: la dulce voz de mi madre y mi oso de peluche favorito, mipadre, ahora no eran más que mi pasado, mi rotundo, indeleble, súbito y melancólico pasado.

[pic]


Abrí los ojos lánguidamente, lento, lento, parpadeé tres veces y repentinamente paso por mi mente…!mi cumpleaños!, es hoy, cierto. De un salto salí de las cobijas y busque, exasperada, mis pantuflas de gato, ¡rayos!, me enfade, y sentí como mis mejillas se encendían; mis papás me reprenderíansino me cubro los pies con algo. Corrí hacia la imponente puerta, tome la perilla, la giré sigilosamente, salí y la cerré de vuelta. De puntitas me dirigí a la recamara de mis papás y repetí lo mismo con esta puerta. Atisbé que no había nadie en la cama y con paso apresurado salte a ella y me metí entre el tumulto de cobijas, tal vez tuvieron que trabajar, están ocupados, debo de comprender, debo decomprender, ¡Samara entiende!, y sentí como las lagrimas calidas manaban y surcaban mis mejillas… me quite las cobijas de encima, limpie con mis manos las lagrimas y salí de la habitación, baje las escaleras cuidadosamente y me dirigí hacia la cocina, pues, la esperanza de que mis padres no estuviesen ausentes aun prevalecía, por fin arribé, y nada, ausentes, di por seguro. Los rayos del solatravesaban la ventana produciendo la sombra de los barrotes, y en el suelo se ubicaban unas gruesas líneas que me intuían a ceñir sus márgenes con las puntas de mis diminutos pies, lentamente las remarcaba y comencé a tararear la canción, uno, dos, tres, cuatro, cinco… ¡mi cumpleaños!, es hoy, si a ellos no les importa a mi si.
Corrí a la sala y tome el teléfono, 0445573848308, marqué…espere,espere…EL NUMERO QUE USTED MARCO ESTA FUERA DE SERVICIO; que se cree esa señora, de nuevo marque y nada, avente el teléfono al sillón y me recosté sobre la alfombra, bostece y enfadada, ruborizada decidí volver a perderme en mi profundo letargo que antes había postergado.

[pic]


Tendría que apresurarme, de otra forma perdería de nuevo el camión, no llegaría, como hace una semana, llevaba dosretardos y uno mas…no, no quiero imaginar que es lo que pasaría. Solo faltaba una cuadra, solo una mas me repetía, ¡basta Nuria!, me dije, te la pasas escribiendo y resulta que yo soy la causa de tus dos retardos. Casi llegaba a la parada y el autobús se acercaba, pero algo atrajo mi perspectiva, en la banquita donde comúnmente me sentaba a leer había alguien recostado, era, ¿un niño?, ¿una niña?;...