Cuentos latinoamericanos

Páginas: 10 (2428 palabras) Publicado: 26 de octubre de 2010
En otro tiempo, Zoraida hubiera rehecho la cama esperando a que algún día alguno de los durmientes se apeara. Pero el terror estaba pronto y no había tiempo de tales delicadezas, delicadezas impropias para un momento tan álgido. Noemí colocó entonces sus pequeños zapatos de lona al pie de la cama, tan anciana desde niña, nunca pareció superar su encorvamiento, el persistentemente instruido miedoa mirar de frente, pero miedo era lo que faltaba por vivir.
Zoraida sintió venir algunos pasos decididos y su vagina se endureció: se aprieta, duele de seca tan amarga, toda su estructura arde, finalmente se duerme adolorida sin comprender qué ha sucedido, me inquiere desconcertada recordándome que no hay placer alguno en el terror, como si fuese la vagina de una niña resguardada debajo de unamesa… pasan los pasos sin darse cuenta del mutismo con el que hemos tenido que ir existiendo, luego miro sin moverme y no hay nadie, nadie ha estado aquí, sólo ha sido mi vulva trastornada y sola.
Pero los pasos eran muchos de los tantos y tan poco singulares pasos que en una calle a veces ahora pocas veces transitada, se suelen escuchar, alguien se atrevió a moverse, todos y todas suplicansilencio con un invisible lenguaje de gestos, se corrige rápidamente, la calle queda sola de nuevo . Noemí tomó una cobija motosa y se envolvió en ella mirando tan niña desde que es anciana, al rostro aterrorizado de Zoraida. Nadie, no es nadie. Y Noemí se envuelve, se envuelve, se envuelve, da vueltas imaginarias en la amplitud de su palacio nunca poseído, del patio con Olivos retorcidos, de losasfrías y azuladas, y a Zoraida le acusan unas ganas enormes de cubrir con abrazos a su hermana Noemí, llevarla en su canto y resguardarla allí para siempre y besar la llana alegría con que se va quedando quieta, llenarla de palabras. Pero nada debe distraerla del terror que se avecina, recio, implacable, del miedo que la nombra.
El café se va enfriando huérfanamente en una mesa que también tiembla yse estremece llamando a “ZoraidaParalizada” al borde de una cama comunitaria, en la que suelen dormir cuatro, a veces cinco. Ahora siendo una cama tan deshabitada, una inmensa extensión a merced del porvenir inmediato, tácito, toda esa vastedad es reducido a un blanco perfecto de la tristeza. Mira hacia los bordes y le cuesta trabajo divisar dónde termina la ruda cama y donde empieza la oscuridadde una habitación que es aún más inmensa que el propio universo. Pero si intenta levantarse, entonces el espanto cierra sus muros musculosos sobre ella, las piernas no responden, la quietud parece ser la única alternativa decente para esperar el terror. Cae en cuenta que se abalanza sobre ella su propia respiración.
Cuando acabará todo esto, me duele tanto la vagina de tan apretada que está.Noemí saca una mano de juguete de su palacio de lana, tratando de alcanzar a Zoraida pero no lo consigue, desde el borde de la cama no podrá tocar a Zoraida si no intenta por lo menos, una maniobra que le permita movilizar todo el cuerpo hacia ella. Zoraida la mira como si estuviera a kilómetros de distancia, ¡necesita tanto esa mano! Pero un solo movimiento, un solo cambio de postura aceleraría lallegada del terror que es capaz de escrutarlas, desde la más inmensa extensión de los cielos ahora privados. Consciente de ello Noemí desiste, con lágrimas en sus ojos, incapaz de salvar su propia pequeña vida, menos, intentar salvar toda la extensión de la dos veces Zoraida.
Dos instantes antes de cualquier otro instante, repentinamente las mujeres comenzaron a respirar violentamente, sincompasión de sí hicieron de sus rostros montones de ojos, para escudriñar una sombra feroz que se avecinaba. Esta era una técnica de supervivencia aprendida desde la inmensa eternidad que se interponía entre ellas y su último momento feliz, la historia de su niñez, el entrenamiento clásico de quien en toda su vida no debe dormir nunca sosegadamente. La cama no aliviaba los recuerdos, ahora era ese...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • CUENTOS LATINOAMERICANOS
  • cuento latinoamericano
  • cuentos latinoamericanos
  • Los cuentos Latinoamericanos
  • Cuentos latinoamericanos
  • Cuentos Latinoamericanos
  • cuentos latinoamericanos
  • Cuento latinoamericano

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS