Danzar para mi, danzar para los otros

Danzar para mí. Danzar para los otros

Al pensar en lo que significaba “danzar para mí”, surgió en mi mente una división: un “yo” que danza para otro “yo” que observa. Al indagar un poco sobre este pensamiento, encontré que esto podría ocurrir cuando al danzar frente a un espejo, mi mirada, convertida en el ojo que juzga lo que ve, me divide alejándome de la experiencia directa corpórea. Eneste punto me conecté con el origen de esta sensación constante que viví durante muchos años como bailarina de danza contemporánea, como actriz y músico. Estar sobre un escenario implicaba muchas cosas: además del hecho de comunicarme con mis compañeros de escena y con el público, y de satisfacer una urgencia personal de danzar y expresarme, también tenía la necesidad de danzar para los otros en elsentido del otro como el espectador que me observa y cualifica mi ejecución con sus aplausos. Y en consecuencia, si el resultado era positivo yo reafirmaba mi autoestima como persona y como artista, de lo contrario sobrevenía la frustración.
Pero sentía que me faltaba algo. Luego de años de estudio y de espectáculos, el vacío tocó a mi puerta y la danza artística comenzó a detonar dudas en mí.Sí, yo era honesta cuando bailaba. Sí, había una energía en mi danza. Había ritmo, manejo de la técnica, uso del espacio, unión con la música, pero todo era el resultado de horas de ensayo para perfeccionar la calidad y la precisión del movimiento y para integrar al máximo posible un marcaje coreográfico. Esto es válido pero para mí dejó de ser suficiente. Entonces fue cuando decidí marchar aEuropa sin tener claro en ese momento el objetivo de mi viaje. Y la danza terapia llegó a mi vida. Y se abrieron las puertas hacia una nueva dimensión de la danza.
Desde ese primer encuentro con la danza terapia, comencé a preguntarme si era posible ser un artista que danzase desde su verdad, que fuese capaz de transmitirla, que lograse empatía con la audiencia y al mismo tiempo fuese su espejo,que danzase para sí misma y para los otros. Y sí. Esto concluyo. Es posible. Me ha bastado conmoverme tantas veces en mis encuentros de danza terapia. Allí he visto el arte expresando lo que somos en un paisaje variopinto ante mis ojos…, con música, con ritmo, con dinámicas, con cuerpos bailando su verdad.
Si a esto le añadimos la técnica, ese bailarín alcanzará otros conocimientos funcionales delcuerpo que le permitirán desarrollar una destreza personal de maneras tales, que como bien lo dice Anna Halprim (1998, The Vision of Modern Dance. In the words of its creators): “ Tienes tanta destreza que puedes llegar justo al mero centro de la esencia. Y luego encuentras el movimiento espacial-dinámico- esencia de aquella idea inherente no sólo a cómo se mueve tu cuerpo, sino a la concienciade dónde estás en el espacio, una conciencia de toda la cosa. ”
En el capítulo “The purpose is the purpose” (El propósito es el propósito), del mismo libro mencionado anteriormente, le preguntan si ella sentía que hubiese una diferencia entre exploración propia o expresión propia como experiencia terapéutica personal y como expresión artística. Y ella respondió:
“Si utilizas la palabraterapia en términos de crecimiento personal, cualquier experiencia artística que sea válida para una persona y que se base en una experiencia personal ciertamente y automáticamente, ha de tener un valor terapéutico. Pero si tu atención como artista se centra sólo en lo que obtienes terapéuticamente, no estás prestando atención al hecho de que eres un artesano, de que esencialmente tu trabajo es ser unvehículo para otras personas”.
Si pienso en mi experiencia personal, diría que la presencia y el cuerpo han coincidido en mis numerosos momentos de escenario pero desde un cuerpo que ha aprendido y ensayado una y otra vez una danza, un lenguaje específico creado por otros, asimilado por mí y con un sello personal que tiene que ver con mi energía propia; sin embargo, la verdad desnuda de la que...