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Agua para los muertos

Beñat Arginzoniz

AGUA PARA LOS MUERTOS

Diseño de cubierta: Irantzu DCA

Primera edición: Diciembre de 2009
Agua para los muertos
© Beñat Arginzoniz
Impreso en Berekintza
Heros, 7- 48009 Bilbao
© Cota ± Cero
ISBN: 84-932564-5-5
Depósito legal: BI-3167-09

Este libro está dedicado
a la Plaga Subversiva

PRÓLOGO:
PEDRO GRANELL

El tiempo pasainexorablemente y el rostro es
el texto donde leer entre líneas el paso fugaz de
los años. En esencia siempre somos los mismos;
el valor, la inocencia o la fuerza de nuestro carácter no varía con los años. El día en que uno
ve por despiste su cara reflejada en el escaparate
de cualquier tienda, se sorprende al no reconocerse, al no coincidir lo que se ve y lo que se
siente. Todos los díasvemos nuestro rostro en el
espejo al lavarnos los dientes pero ahí la mirada
no es pura, no ve más allá, no nos sorprende. Sin
embargo descubrirnos de manera imprevista nos
permite alcanzar con la mirada el instante eterno
en el que vivimos... ahí lo material y lo espiritual
no coinciden y el asombro es posible: traspasamos la guarida y vemos al animal que llevamos
dentro. Ese animal siemprees el mismo; salvaje, inocente, instintivo y puro... es él quien guía
nuestros pasos.
Hoy me acuerdo del animal que me guía al
leer este libro que tenéis en vuestras manos;
Beñat Arginzoniz apela al niño que llevamos

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dentro. Hay infinidad de nombres y todos remiten a lo mismo, animal, niño u HOMBRE con
mayúsculas. Beñat habla del auténtico hombre,
del único que merece llevar talapelativo, el hombre que lucha inveteradamente por su libertad,
ad finitum. La lucha es eterna porque la libertad
no se alcanza nunca, tan sólo es una posibilidad.
No podemos decir “soy un hombre libre”, si así
fuera dejaríamos de luchar por nuestra libertad y
si dejamos de luchar, la libertad desaparece. Mi
existencia como ser libre está condicionada por
su posibilidad, sólo puedo ser libreen potencia
y esa potencia, que no es otra cosa que la lucha
eterna, es la que me define como HOMBRE.
Se lucha de diversas maneras, yo lucho en cada
mirada, en cada sonrisa, en cada palabra que sale
de mi boca... se puede luchar con actos ínfimos
y a veces esa es la lucha más importante. Lo que
los filósofos llaman micropolítica no es otra cosa
que la coherencia interna de los actoscotidianos, la coherencia en el barrio, en el trabajo, con
mi círculo de amistades, con mi pareja, con mi
propio cuerpo. Sí, yo decido las substancias que
entran en mi cuerpo (a falta de dominar las que
salen, muy a mi pesar, todo hay que decirlo).
Y si hablamos de substancias y coherencia,

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enlazamos aquí con uno de los temas de este libro. Durante muchos años entraron toda clase
dedrogas en mi cuerpo. Ser coherente cuando te
administras varias dosis diarias de heroína (entre
otras substancias) no es fácil. Al igual que muchos otros, recorrí un resbaladizo firme en el que
se confunden con facilidad principios, luchas,
ideologías, sueños y maniqueísmos que cambian
de lugar de un día para otro como dunas movedizas.
En el desierto se producen alucinaciones y vemos oasisdonde sólo hay arena, si además esa
arena se mueve constantemente, los puntos de referencia son mínimos y el Norte desaparece. Sin
Norte no hay esperanza y sin esperanza la vida
se convierte en algo desagradable, algo que no
puede llamarse vida.
No conozco a “Jabi” personalmente, pero sí
conozco a Beñat Arginzoniz. Lo conocí hace
años, coincidimos en un mismo lugar, físico y
metafísico,literal y metafórico. Fue una suerte
de encuentro, cual naves que se avistan en alta
mar, se tocan y continúan su rumbo a sabiendas
de que volverán a encontrarse y de que esa vez
habrán de respetar la distancia.
Me une a Arginzoniz una auténtica amistad,

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una amistad que se enorgullece de la lucha interna que cada cual batalla en su interior. El respeto
que me merece es igual al valor...