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Derechos Humanos en México: dilemas y perspectivas



Una realidad leída en clave de violencia e impunidad

El actual de agravamiento social en México, ha tomado dimensiones insostenibles, no sólo en lo relativo a la sobrevivencia cotidiana de la mayoría de la población, sino principalmente en cuanto al clima de inseguridad y violencia que reina a lo largo y ancho del territorio,detonado en gran medida por la estrategia militar impulsada desde el gobierno federal en su supuesto combate al crimen organizado y que, lejos de arrojar resultados positivos, ha provocado más muertes sobre todo de gente inocente; las cifras arrojadas desde diversas fuentes reportan más de 50 mil muertes ocasionadas por la pretendida “guerra contra el narcotráfico”, creciendo exponencialmente a estacifra tan sólo en los últimos 2 años.

A pesar de la oposición desde diversos sectores de la sociedad y desde la misma Comisión Nacional de los Derechos Humanos, que han señalado el aumento de muertes civiles (sobre todo mujeres, niños, jóvenes, periodistas, defensoras y defensores de derechos humanos, líderes comunitarios, migrantes) a causa de la militarización, así como el aumento de lasviolaciones a los derechos humanos por parte del Estado[1]; ha habido por parte del gobierno, caso omiso a estos reclamos.

Estos hechos, confirma la doble intencionalidad de la estrategia gubernamental en materia de seguridad: la militarización y el cada vez más frecuente abuso de la fuerza pública para “restablecer” combatir el crimen y establecer el orden, está siendo empleadoselectivamente para atacar los procesos populares y comunitarios de organización para la promoción y defensa de sus derechos humanos fundamentales, en todos los ámbitos y de todos los sectores de la población.

Ya desde 2009 un informe regional sobre la situación de los derechos humanos afirmaba: “En el camino hemos encontrado muchas personas que han sido afectadas en sus derechos humanos ydenunciado la constante agresión que se vive en pueblos y comunidades indígenas, hemos acompañado la lucha por la tierra y la defensa del medio ambiente, la autonomía y el derecho a decidir de las mujeres en sus cuerpos y sus vidas, hemos documentado la militarización con sus agresiones físicas y allanamiento de domicilios particulares, detenciones arbitrarias, ejecuciones y tortura.” Lista a la queagregan la violencia feminicida, ejecuciones extrajudiciales encubiertas, violación de derechos laborales, secuestro de migrantes… ahondadas por la crisis del sistema de justicia en el país.[2]

Esta realidad es extensiva a todo el territorio nacional; como evidencia el Informe 2009 de la Oficina en México de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH)[3], queafirma: “Los eventos de agresión y obstaculización registrados por la OACNUDH permiten hablar de una situación de riesgo en la que las y los defensores han sido víctimas de amenazas, actos de hostigamiento, injerencias arbitrarias, uso arbitrario del sistema penal e, incluso, violaciones a sus derechos a la vida, la integridad, libertad y seguridad personal relacionadas presuntamente por suactividad de defensa.” (p. 3)

Y continúa: “En poco más de la mitad de las agresiones y obstáculos fue imposible identificar a los perpetradores; en el resto destaca la participación de autoridades, especialmente locales, de procuración y administración de justicia, así como de agentes no estatales vinculados a la delincuencia organizada que presuntamente actúan con la aquiescencia o toleranciade las autoridades.” (pp. 3-4)

Enfatizando: “El incremento de la violencia ha intensificado la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran. La participación de las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública constituye un nuevo reto para el trabajo de defensa, por lo que resulta fundamental fortalecer el control de las autoridades civiles y los mecanismos de diálogo. La...