"De lo que dixo un villano del Danubio en presençia del Emperador Marco a todo el Senado de Roma. Es cosa notable"

Páginas: 11 (2601 palabras) Publicado: 22 de abril de 2014
Estando malo el Emperador, como en el capítulo passado avemos dicho, un día estando con él muchos médicos y oradores, movióse la plática de hablar quán mudada estava Roma, no sólo en los edifiçios, pero aun en las costumbres, y quán poblada de lisonjeros y despoblada de hombres que osasen dezir las verdades. Entonçes tomó la plática el Emperador y dixo estas palabras:
En el año primero que fuicónsul, vino un pobre pajés de las riberas del Danubio a pedir justicia al Senado contra un çensor que hazía muchos desafueros en su pueblo. Él tenía la cara pequeña, los labios grandes, los ojos hundidos, el cabello herizado, la cabeça sin bonete, los çapatos de un cuero de puercoespín, el sayo de pelos de cabra, la çinta de juncos marinos y un azebuche en la mano. Fue cosa de ver su persona ymonstruosa de oir su plática. Por cierto, quando le vi entrar en el Senado, pensé que era algún animal en figura de hombre y, de que le oí, juzgué ser uno de los dioses, si dioses ay entre hombres. Ycomo fuese costumbre en el Senado que primero fuesen oídas las querellas de los pobres que las demandas de los ricos, dándole lugar a este villano començó su plática, en la qual se mostró tan osado como enlas vestiduras estremado y dixo assí:

¡O, Padres conscriptos!, ¡o, Pueblo venturoso! Yo, Mileno, vezino de las riparias ciudades del Danubio, saludo a vosotros, los senadores que estáis aquí en el Sacro Senado ayuntados.

Los hados lo permittiendo, y nuestros dioses nos desamparando, los capitanes de Roma con su sobervia subiectaron a las gentes de la triste Germania. Grande es vuestragloria, ¡o, romanos!, por las batallas que por el mundo avéis dado; pero si los escriptores dizen verdad, mayor será vuestra infamia en los siglos advenideros por las crueldades que en los innocentes avéis hecho.

Mis antepassados poblaron cabe el Danubio porque, haziéndoles mal la tierra seca, se acogesen al agua húmida; y si les enojase el agua inconstante, se tornasen seguros a la tierra firme.Pero ¿qué diré? Ha sido tan grande vuestra cobdicia de tomar bienes agenos, y tan famosa vuestra sobervia de mandar en tierras estrañas, que ni la mar nos pudo valer en sus abismos, ni la tierra segurar en sus cuevas. Pero yo espero en los justos dioses que, como vosotros a sinrazón fuistes a echarnos de nuestras casas y tierra, otros vernan que con razón hos echen a vosotros de Italia y Roma.Infallible regla es el que toma a otro por fuerça lo ageno pierda el derecho que tiene a lo suyo proprio. Mirad, romanos, yo, aunque soy villano para cognoscer quién es justo en lo que tiene o quién es tiranno en lo que possee, esta regla tengo: todo lo que los malos con su tirannía allegaren en muchos días se lo quitarán los dioses en un día, y por contrario todo lo que los buenos perdieron enmuchos años se lo tornarán los dioses en una hora. Creedme una cosa, y no dubdes en ella, que de la injusta ganançia de los padres viene la justa perdida después en los hijos, y si los dioses no quitan a los malos cada cosa que ganan luego como la ganan, es la razón porque dissimulando con ellos ayunten poco a poco muchas cosas, y después quando estén más descuidados se las quiten todas junctas. Yeste es justo juizio de los dioses, que pues ellos hizieron mal a muchos, alguno les haga mal a ellos.

¡O!, con quánta lástima se pierde lo que en muchos años y con muchos sudores se gana. Por cicrto el hombre cuerdo si es cuerdo no es possible en cosa agena que tome gusto. Y torno a dezir: el hombre que tiene cosa agena, estoy espantado cómo puede vivir sola una hora, pues vee que los diosestiene injuriados, los vezinos escandalizados, los enemigos contentos, los amigos perdidos, a los que lo robó agraviados, y sobre todo su persona puesta en peligro.

Infame es entre los hombres y reo a los dioses el hombre que tiene tan caninos los deseos de su coraçón, y tan sueltas las riendas de sus obras, que lo poco del pobre le paresçe mucho y lo mucho suyo le paresce poco. ¡O!, quán maldito...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS