De Los Primeros Vertebrados Al Hombre

De los primeros vertebrados al hombre
Jean Piveteau

7. El hombre y los homínidos

Después de esta mirada de conjunto sobre el mundo infrahumano, henos aquí ahora en el umbral del problema capital de la paleontología, el de las relaciones de la forma humana con los otros seres vivos. No es ciertamente al hombre entero al que consideraremos así; sino de todos modos, una parte importante delhombre.

Cuando el anatomista inglés Tyson disecó, en 1699, un chimpancé, se extrañó de la semejanza de sus órganos con los del hombre. Después Linneo, en la décima edición de su Sistema de la naturaleza (1758), coloca en un mismo género Homo al hombre y al orangután, mientras que Buffon, por su parte, declara que si no se debía de juzgar más que por la forma, «la especie del mono podría sertomada como una variedad de la especie humana: el Creador no ha querido hacer para el cuerpo del hombre un modelo diferente del animal». Nadie duda desde entonces que desde el punto de vista anatómico el hombre se encuentre en la vecindad de los grandes monos.

Comparando lo rasgos esenciales de su organización, Thomas Huxley había concluido que «las diferencias anatómicas que separan al hombredel gorila y del chimpancé no son tan considerables como las que separan al gorila de los monos inferiores, lo que no quiere significar -añadía- que las diferencias estructurales entre el hombre y los monos más elevados son pequeñas e insignificantes.

A fin de señalar estas semejanzas y estas diferencias entre el hombre y los grandes monos, vamos a indicar los caracteres más nobles entre los queles son comunes y los que les son opuestos.

Para determinados órganos, es fácil demostrar que experimentan las mismas tendencias evolutivas, pero la especialización es a veces más fuerte ora en uno ora en otro de estos órganos.

Las afinidades no dejan de ser también claras en el plan fisiológico. Se manifiestan en las propiedades serológicas: se ha encontrado, en los póngidos, los grupossanguíneos que caracterizan al hombre, el método de los sueros precipitantes ha permitido precisar el grado de consanguinidad de los diversos primates; se afirma con los póngidos (sobre todo con el chimpancé) el parentesco con el hombre.
En fin, la mayor parte de las enfermedades humanas de virus o de microbios se transmiten fácilmente a los póngidos, lo que revela una analogía profunda en laconstitución humoral.

Vamos a examinar ahora, en contraste, las características diferenciales.

Comprobamos, en el hombre, una reducción marcada de la cara y un aumento de la cavidad cerebral. Aunque la fórmula dentaria es la misma, hay reducción del volumen de los dientes y de la altura de los caninos cuando se comparan los grandes monos y el hombre.

La posición erguida es verdaderamentepropia del hombre. Los póngidos pueden ciertamente desplazarse según el modo bípedo, pero constituye siempre una marcha poco natural, torpe que no se puede practicar mucho tiempo; el animal hace mejor una serie de saltos que marchar o correr. Numerosas particularidades de la organización humana son correlativas a la actividad vertical. Una, concierne a la posición del agujero occipital, situadobajo el cráneo y no detrás; el cerebro hace así un ángulo recto con la columna vertebral en lugar de prolongarla. La columna vertebral, gracias a una serie de curva de prolongarla. La columna vertebral, gracias a una serie de curvas opuestas que se compensan, guarda una verticalidad general. Siempre en relación con la posición bípeda, se notará en el hombre una gran amplitud de la pelvis, quesoporta las vísceras abdominales, una reducción de los músculos de la nuca, que no tienen más que un papel secundario para asegurar el equilibrio del cráneo; una rectitud casi absoluta de las piernas (fig. 48).

Figura 48: De izquierda a derecha, actitud erguida en el gorila, hombre de La Chapelle-aux-Saints, hombre moderno. Según J, Dudley Morton.

Consideremos las proporciones de los...