Derecho de igualdad
En nuestro país, si de verdad queremos avanzar hacia una sociedad desarrollada, equitativa, inclusiva y con justicia social, debemos aceptar de una vez por todas, sin cortapisas nimatices, la igualdad de derechos entre mujeres y hombres.
Debemos reconocer que hombres y mujeres formamos una única humanidad y tenemos los mismos derechos y deberes, en todas las áreas de la vida. Paraello, por supuesto, no bastan discursos vehementes o sutilezas protocolarias; es necesario que esa igualdad se refleje en la cotidianidad, en todas sus dimensiones: económica, social, política ycultural.
A pesar de que desde 1950 la legislación salvadoreña reconoce la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, nuestra cultura, nuestra práctica cotidiana dice e impone otra cosa; las mujeressufren discriminación en el acceso a la educación, al empleo, a un salario digno, a la protección social, a la propiedad. En este marco, la Iglesia católica poco ha contribuido a la búsqueda de equidadpor su incapacidad de superar su propia estructura machista, que relega a la mujer a un plano secundario dentro de las estructuras y funciones eclesiales.
Sin embargo, en honor a la verdad, aunqueaún nos falta mucho por mejorar, en El Salvador las cosas van cambiando poco a poco. La exigencia de las mujeres organizadas en grupos y colectivos, aunada a la voluntad política de algunos funcionariospúblicos de alto nivel, van propiciando una mayor conciencia de que la igualdad de derechos y oportunidades entre mujeres y hombres debe hacerse realidad. Es justo reconocer todo lo que se haavanzado durante la administración Funes con leyes y políticas públicas para fomentar esa igualdad y superar la discriminación existente. Son pasos importantes la Ley de Igualdad, Equidad y Erradicación dela Discriminación contra las Mujeres, la Política Nacional de la Mujer y el Sistema Nacional para la Igualdad Sustantiva, entre otros.
Estos avances están en total sintonía con la perspectiva...
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