Derecho a Servicios Básicos



Cine Teatro Casapalca:
El derecho a los servicios básicos

Las personas tienen derecho a una vivienda digna, se dice, tienen derecho a un techo propio; la pobreza, la indigencia y la carencia de una casa son ideas que se encuentran en una misma zona de nuestra mente. Y la repartición de títulos de propiedad, las ceremonias de colocación de la primera piedra, el vaciado del segundo piso dela casita propia son la culminación de largos esfuerzos para las personas y para la misma sociedad. Sin embargo, las personas no vivimos solo en nuestras casas. Es más, muchos de nosotros pasamos menos tiempo en nuestras casas que en la calle. Trabajamos en una oficina, asistimos a clases en un campus, almorzamos en un restaurante, hacemos compras en un supermarket, vamos al cine en la noche y,ya a punto de desfallecer del cansancio, llegamos a nuestra casa de frente a dormir sin tiempo ni para programar el despertador. Entonces ese derecho a la vivienda que es tan popular en el discurso político
y mediático es uno que usualmente abarca las ocho o menos horas de sueño y de desayuno que tiene las personas en su hogar, la tercera parte del día. Si el lector almuerza y también cena en casaserán doce y no ocho horas, pero no será más que la mitad del día. Si no es el derecho a la vivienda el que tiene que ver con esa mitad o dos tercios del día en que estoy fuera de casa, de qué derecho se trate, ¿cómo es que la sociedad me provee de un lugar donde estudiar, uno donde trabajar, uno donde comprar mis alimentos y uno donde tener un momento de esparcimiento?

La respuesta que yoencuentro es que no solo las personas tenemos un derecho a la vivienda, sino también un derecho a los espacios públicos y a los ambientes en los cuales podamos desenvolvernos en nuestro tiempo libre. Ejemplo de esto es el denominado derecho a la recreación, derecho con el que me vi involucrado a través de la siguiente experiencia. Un domingo hace algunas semanas se programó en mi curso Seminario deIntegración en Teoría General del Derecho un viaje grupal a la localidad de Casapalca, pueblo establecido a más de cuatro mil metros sobre el nivel del mar camino a La Oroya, en una zona donde se realiza una explotación minera. El tema principal del viaje en los días anteriores a él, e incluso durante el mismo viaje, no fue la Teoría General del Derecho; fueron los cuatro mil metros sobre el niveldel mar. Una horda de citadinos limeños de nacimiento o por adopción como nosotros se las iba a ver con los cuatro kilómetros que tendríamos que recorrer en sentido vertical para llegar a nuestro destino (cuatro kilómetros que yo ni a duras penas podría seguramente correr alrededor del Pentagonito) con los efectos que ello –entiendo que el enrarecimiento del aire- seguramente tendría en nuestrocuerpo.

Por ello, el día anterior al viaje, el sábado, tuve que pasar por la farmacia a comprar una pastilla a recomendación de mi mamá. El nombre no lo recuerdo ahora, solamente recuerdo que me alegré de vivir en un lugar tan bien ubicado que la primera farmacia se encontraba a tres cuadras y la siguiente a cuatro cuadras de mi casa.

La universidad lamentablemente no está tan bien ubicadapara mí y tengo que darme un viajecito de cuarenta y cinco minutos todos los días. Ahí me pasé todo el día, como todos los sábados, con mi mayor distracción: la biblioteca. Bien leyendo un poco de historia del descubrimiento de la ciudadela de Machupicchu, bien leyendo algo de lógica y de la falacia ad verecundiam o argumento de autoridad, bien leyendo la guía de viajes de María Luis del Río CuscoBizarro, e incluso leyendo el último de los 5 ensayos de Teoría General del Derecho Civil de Freddy Escobar, no podía hacer nada más que agradecer tener una biblioteca con libros tan variadamente interesantes como para distraer un sábado de mayo. Al volver de vuelta a casa en la noche, me quejé de ya encontrar los supermercados cerrados y no poder comprar alguna merienda para el viaje del día...