Derechos Y Deberes De Los Pacientes

DERECHOS Y DEBERES DE LAS PERSONAS EN SALUD: MEDICINA Y CIUDADANÍA[1]


Introducción

Dos afirmaciones preliminares me parecen necesarias para establecer adecuadamente el contexto de mi intervención:

1. Los bioeticistas, otros actores sociales o simplemente personas involucradas directamente o indirectamente por la temática que hoy nos reúne tienen a menudo la impresión que en estosdominios – éticos, bioéticos, valóricos - se aprueban leyes que resuelven de manera imperfecta las dificultades que se querían corregir; o, más aún, se vuelve imperceptible, el constructivismo voluntariamente asumido, debilitando o incluso castrando, los cambios y transformaciones que se buscaban introducir de manera creativa en el cuerpo social. Pareciera, en muchos casos, que la necesidad deestablecer consensos o la precariedad de ciertos equilibrios políticos, conspirara contra la necesidad de explicitar, con coraje y lucidamente, la profunda significación de aquello que se busca legislar.

En el caso del proyecto de ley que nos convoca, no me cabe duda que desde el ejecutivo y el legislativo se hicieron esfuerzos considerables para generar procesos democráticos de discusión. Aunque,conviene agregar, inmediatamente, que no todas las propuestas fueron escuchadas y, hasta hace pocos meses atrás, se convocaban reuniones, en diferentes instancias, con estatutos pocos claros, mientras que diferentes grupos, trabajando de forma paralela e ignorando su respectivos trabajos, tenían aun la idea que contribuían a cambiar aspectos de la ley que permanecían poco claros. En este punto, a lomenos en lo que concierne a los bioeticistas, se siente la necesidad que los distintos poderes del Estado generen creativamente claras instancias institucionales para que las distintas corrientes de la bioética puedan expresar su pensamiento de forma organizada. Se siente también la necesidad que el ejecutivo y el legislativo acepten disminuir su protagonismo, abriéndose a la sociedad, para evitarentramparse en equilibrios políticos pasajeros y puestos que en estos temas nos relacionamos con procesos antropológicos, sociológicos y políticos donde están en juego otras legitimidades sobre el Estado y la política.

2. El retiro de la urgencia de este proyecto, por parte del ejecutivo, nos procura la ocasión de volver a reflexionarlo y discutirlo en términos generales y particulares con elfin de identificar eventuales debilidades o consecuencias eventualmente inesperadas, conceptuadas por algunos como riesgosas.

Pero, esta ocasión también nos brinda – lo digo en el sentido de una esperanza - la oportunidad de comprometernos con la idea que la promulgación de esta ley debe provocar nuestra adhesión entusiasta puesto que nos sentiremos representados por su contenido y satisfechospor haber tenido la oportunidad de expresar nuestros puntos de vista. Si en este proceso, algún consenso o equilibrio fuera necesario, luego que tenemos la certeza que la discusión fue bien planteada, en los términos adecuados, a través de un esfuerzo de clarificación de los respectivos argumentos, igual podríamos adherir a una ley, que nos satisface en un porcentaje considerable, porque corrigeo procura los instrumentos para corregir anacronismos inaceptables.

Pero, a propósito de las debilidades aún presentes en el proyecto de ley o de las dificultades que este puede generar y del eventual compromiso de adherir con entusiasmo al trabajo del legislador, conviene, antes que nada y en cada momento, explicitar la significación del proyecto de ley sobre derechos y deberes de las personasen salud; comprender y adherir a su coherencia a fin de velar porque ésta se exprese en los diferentes títulos y párrafos que lo componen. Es en esta perspectiva que se inscribe mi intervención del día de hoy.


I. Una fractura poco tematizada. Una preocupación creciente por los derechos


1. La fractura[2]

En algún momento de la segunda mitad del siglo XX, en particular en la década...