Deryck Gillie. Así Creo Que Ocurrió.
Cuando Carmelo le quedó cerca y Martín García ya no tenía secretos buscó el río abierto. Y ya en el río,cambió el bote y la casa en la isla por un pescador.
Las regatas eran una excusa más para alejarse de la costa. Con dos de sus hijos o con amigos. Un fierro soldado debajo de la quilla le permitíaorzar si así podía llamarse ese ángulo contra el viento.
Todo eso le volvía a la mente como en una película. Una maravillosa película de aventuras, de amor, de mar. Y siempre el río. Mojando todo. Conese tacto tan diferente que tiene el río cuando te moja, que no es el del mar.
No sabía cuantos pasajeros iba a llevar. Ni sabía si alguno le iba a servir como tripulante. No sabía nada de ellos.Solo sabía que de este lado del Plata, su vida no valía nada. Peor aún, su vida podía valer la muerte de sus familias, amigos y compañeros. Como en aquella incursión de los mercenarios de Roma contra losAlbigenses, el lema era liquidar a todos, que Dios perdonaría a los inocentes. Como en la edad media no faltaban los libros prohibidos, los herejes, las brujas y el pecado de pensamiento.
Su padre,el marino escocés, le había contado de cuando en Dunkerke, veleros y yates de motor navegaron bajo la metralla y las bombas alemanas para cruzar a la isla a los soldados aislados en esa playa...
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