Desastres Naturales

 Aquella mañana quedó grabada en la mente de los pobladores de la zona cercana al volcán de Santa Ana. Todos escucharon un retumbo muy fuerte, como de turbina de jet, y divisaron un enorme hongo negro, la columna eruptiva, que se elevó a siete kilómetros de altura.  El Ilamatepec hacía erupción.
Todo ocurrió cerca de las 8:30 a.m. del 1 de octubre de 2005. Durante casi una hora el volcán lanzógases, cenizas y rocas volcánicas que cayeron a dos kilómetro y medio de distancia del coloso. El lodo caliente llegó hasta la zona del lago de  Coatepeque, hubo rocas expulsadas con una fuerza exagerada que dañaron bosques, cafetales y más de alguna impactó en el pavimento de la carretera hacia el Cerro Verde e hizo enormes agujeros.
El olor a azufre invadió el ambiente y una lluvia fina decenizas recorrió varios kilómetros, alcanzando a poblaciones como Nahuizalco, Salcoatitán, Juayúa, Ahuachapán y Los Naranjos. El panorama se pintó de gris y la vegetación fue quemada por el dióxido de azufre en casi ocho kilómetros cuadrados.
Henry Calderón se disponía a desayunar cuando el despertar del volcán de Santa Ana lo hizo salir corriendo de la estación del Parque Nacional Los Volcanes, sectorSan Blas, a escasos tres punto tres kilómetros de la cima del coloso.
Este guardarrecursos del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), se refugió, como muchos de sus vecinos de la zona, en las alturas del Cerro Verde, uno de los lugares señalados con varias semanas de antelación por las autoridades de Protección Civil.
Días atrás, Ernesto Jaco Rosa, otro de los guardarrecursos dela estación de San Blas, había acompañado a técnicos y vulcanólogos que realizaban monitoreo permanente en el cráter, que para entonces registraba intensa actividad, con estruendos, fumarolas, rocas incandescentes y fuerte olor a azufre.
“Uno que está en la zona ve los cambios, pasa por el bosque y si los árboles empiezan a secarse, a botar hojas, eso indica que algo está pasando. El temor eraestar mucho tiempo en el cráter, que tenía unas partes rojas y  lodo que hervía”, recuerda Ernesto y dice que ese sábado de la erupción le tocaba libre.
Ahora, este guardarrecursos respira con alivio en la cima del volcán, mientras colabora con un equipo de vulcanólogos que monitorea las condiciones del cráter.
Año y medio antes de la erupción, el volcán de Santa Ana mantenía una actividad muytranquila. “De repente comenzó a tener ciertos cambios. Nuestro instrumental sísmico detectó sismicidad que incrementaba en número y amplitud. Ahí tuvimos los primeros indicios, posteriormente hubo cambios físicos. Unos dos o tres meses antes de la erupción, desde la carretera de Sonsonate se veía un penacho de gases que salían. Adicionalmente vimos cierto agrietamiento en el cráter, con ciertos puntoscon incandescencia que se observaban incluso de día, este campo fumarólico e incandescente iba incrementando”, recuerda el vulcanólogo Eduardo Gutiérrez, del área de Geología del MARN.
La erupción ocasionó daños que ascendieron a $355.8 millones, equivalentes al 2.1% del PIB de 2005. Además, dos personas murieron soterradas, tres desaparecieron, cerca de 10 personas resultaron heridas, 20,000personas evacuadas, 140 manzanas de café fueron afectadas por la lluvia ácida y 15,000 manzanas por la erupción.
La tarde de ese sábado, la intensa lluvia lavó lo emanado del volcán y minimizó los estragos causados por la erupción. Sin embargo, la calamidad continuó para las familias de la zona, pues el huracán Stand afectaría al país por varios días más.
A ocho años de la erupción del Ilamatepec,este volcán presenta actividad dentro de los parámetros considerados como normales por los especialistas del MARN. La tranquilidad en la zona es buena señal para los pobladores, quienes mantienen fresco el recuerdo del momento en que el gigante de Santa Ana rugió.
El equipo técnico del MARN visita mensualmente el lugar y recoge datos sobre la emisión de gases y la temperatura de la laguna en el...