despedida de maestro
Estimados miembros todos de esta Facultad, especialmente aquellos que hoy se
jubilan:
Agradezco a las autoridades de la Facultad el altohonor que me ha sido
conferido al ser designada para dirigir estas palabras de despedida a los colegas
docentes que este año se jubilan.
Permítaseme comenzar con un pequeño relato para poderabrir algunas
reflexiones sobre la ocasión: me decía una docente amiga, jubilada hace poco, que lo
que más extrañaba del Manuel Belgrano donde pasó gran parte de la vida, eran las
experienciassensibles relacionadas con el espacio escolar. Que, aunque estaba contenta
con su nueva situación y el desarrollo de proyectos largamente postergados, volvía de
vez en cuando para ver, oír,tocar y oler el colegio. Con esta confesión, ella estaba
nombrando la profunda significación de la institución en su propia historia y las huellas
que la docencia habían dejado en su cuerpo, en sumemoria casi instintiva.
Creo que la experiencia que acabo de relatar tiene que ver, en una etapa de
balances como en la que Uds. están, en primer término, con la certeza de haber optado
bienpor este tipo de trabajo. En segundo lugar, que el aula, o el taller, es el espacio más
intenso para transmitir y construir conocimientos, en torno al cual docentes y no
docentes se involucranentrañablemente con sus afectos. Son los territorios cotidianos
del encuentro con los estudiantes, que de una u otra forma, también se comprometen
emocionalmente con los espacios y procesos deenseñanza-aprendizaje propuestos. De
ahí, que cuando un docente entra al aula o al taller y se relaciona con sus alumnos, se
produce un ambiente único, lúcido y productivo, lo que hace que esasvivencias
perduren como una marca indeleble en el recuerdo de todos los que participaron en el
mismo. Parte central de la docencia es encontrar la palabra justa que nombre, motive y
comunique...
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