Despedida

1

I Pepi Caramañola

Pepi Caramañola

era hija de una familia de magos.

Sin

embargo, como maga, era un verdadero desastre, así que decidió ser maestra. Pocos confiaban en ella porque era algo distinta a las demás. Se contaban muchas historias sobre la señorita Caramañola pero nadie sabía si eran

ciertas. Una mañana recibió una carta en la que le avisaban que ¡por fin trabajaríaen una un escuela! que Algunas por familias años habían estuvo

decidido

habitar

pueblo

muchos

abandonado y necesitaban una maestra para la escuela. En la carta le decían cómo llegar al pueblo. Pepi debería ir un

poco hacia el norte, no tanto como para dejar el sur y que a su espalda mantenga siempre el este pero sin perder de vista el oeste. Con esos datos, cualquiera se hubieraperdido pero Pepi llegó a tiempo para el primer día de clase. Los niños recordaban a Pepi ese día porque la llovía a cántaros en su

cuando

vieron

bajando

loma

montada

bicicleta. Era muy extraño, delante de ella llovía, sobre ella venía un arco iris y el sol la perseguía detrás. Conducía su bicicleta con una mano, en la otra llevaba un gran bolso floreado y por detrás de sucabeza se asomaba una mochila de tela.

2

La señorita Caramañola tenía su cabello muy rojo, la piel blanca como la leche, era bastante regordeta y de baja estatura. A los chicos les llamó la atención que llevara los ojos casi cerrados como tratando de enfocar cada

silueta. Los saludó con cariño a cada uno y juntos entraron al salón. Mientras los niños se sentaban, Pepi, con mucho esfuerzo,intentaba sacar de su mochila unas gafas de un lila chillón; eran grandes… qué digo grandes, ¡inmensas! Se las colocó y, recién ahí, pudo abrir los ojos: uno era verde y otro celeste. ─ ¡Hermoso, bello, irrepetible, espléndido, luminoso y

único día! ─por cierto fue un curioso saludo─. Mi nombre es Pepi Caramañola y seré su maestra de primer grado. ─ Buen día señorita Caramañola ─los niñoscontestaron a coro. Pepi caminó hasta el armario arrastrando su gran bolso floreado y sacó cajas de todos los tamaños forradas con papeles de colores. Algunos de los chicos asomaban sus cabezas y hasta sus cuerpos tratando de ver todo lo que Pepi metía en el armario. Las tapas de las cajas estaban aseguradas con bandas elásticas. Ante la sorpresa de todos, una de las tapas salió volando y Pepi logróponer sus manos en la boca de la caja para sostener lo que había dentro. ─ ¡Estas bandas cada vez vienen peor! Por favor, ¿alguno puede alcanzarme esa tapa? ─Roberto se levantó como resorte y fue detrás de la tapa─. A ver, tú la de las trenzas con moño, ¿cómo te llamas?

3

─ Elena señorita… ─ Por favor Elena, ve hasta mi mochila y saca de ese bolsillo unas banditas elásticas ─como Pepi tenía susmanos ocupadas no pudo más que señalarle el bolsillo con unos de sus pies quedando en una posición incómoda pero muy

graciosa, ¡parecía una bailarina! Elena fue y, justo cuando estaba por meter la mano en el bolsillo de la mochilla, dos palomas torcazas salieron

volando y se fueron a posar sobre una de las lámparas que colgaban del techo. ─ ¡Pero si serán! Les dije que no salieran de ahí…─les gritó gafas. ─ ¿No pensabas tenernos encerradas todo el día verdad? ─los niños quedaron mirando a la blanquilla que acababa de Pepi mientras intentaba enfocarlas por sobre sus

contestarle. Roberto, sin quitar la vista de las palomas, le dio la tapa a la señorita. A Elena no le interesaron las aves pero, mientras le alcanzaba las bandas elásticas, quedó encantada con las medias a rayas decolores que llevaba puestas la señorita. Pepi tapó la caja y la aseguró. Continuó sacando más y más cajas ante el asombro y la curiosidad de todos. El armario no era muy grande pero consiguió, con mucho trabajo, acomodar un plumero, varios sombreros, una mesa rebatible, una silla de playa, un paraguas multicolor,

rollos de cartulina y, por último, su bolso. Con la mano derecha sostenía una...